El problema está en el Magreb

Fue convocado en calidad de experto y cumplió el objetivo. Por espacio de cuatro horas impartió una lección magistral sobre terrorismo a los miembros de la comisión de investigación del 11 M que quisieron oírle. Todos menos los seguidores de Carod Ro-vira, que no le perdonan el haber ordenado en su día una redada de independentistas catalanes. Habló de todo menos de aquellas cuestiones que conoce por razón de su trabajo, pero su comparecencia no dejó insatisfecho a casi nadie. Y es que el polémico juez Garzón sabe mucho de delincuencia organizada en general, especialmente de terrorismo etarra y también del islamista, no en vano lleva más de 15 años trabajando sobre el tema con el rigor y la tenacidad que le caracterizan.Aunque algunos piensan que el problema empezó con los salvajes atentados del 11 de marzo, en España no es nuevo. Según Garzón, se remonta a mediados de los años ochenta cuando se cometió el atentado contra el restaurante El Descanso, a las afueras de Madrid y que iba dirigido contra soldados americanos destinados en la base de Torrejón. No pudo contestar a muchas preguntas directas sobre lo ocurrido en Madrid el 11 M, pero sí a las suficientes como para dejar sentado que él, desde el primer momento, vio claro que se trataba de un atentado de corte islamista. Y no por casualidad, ni por llevarle la contraria a Aznar y a sus ministros, sino como consecuencia del análisis de los datos disponibles desde un primer momento. ¿Por qué Al Quaida y no ETA?, le preguntaron. Por la evergadura de los atentados y la secuencia de los mismos, por su carácter indiscriminado, por las amenazas directas contra España que recoge el primero vídeo que se difun-diño de Bin Laden y, sobre todo, porque ETA, en el estado en que se encontraba y se encuentra, no tenía ni tiene capacidad para despalzar 10 o 15 personas a Madrid y que pasasen desapercibidas. Pero los atentados del 11 M ya son historia y el problema, según Garzón, no es Bin Laden, que probablemente ya no es quien manda en Al Qaida, el problema radica en que en Marruecos, «ahí al lado», hay más de cien grupos de redicales islamistas integrados por unas mil personas que potencialmente pueden desarrollar acciones de este tipo. ¿Qué hacer frente a esa realidad? Garzón lo tiene claro. Hay que mejorar los métodos de investigación, la cooperación internacional y la especialización judicial, «in-cluidos los funcionarios». «Hay más de cien grupos radicales en Marruecos dispuestos a repetir el 11-M» BALTASAR GARZÓN Magistrado experto en terrorismo