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ANÁLISIS

Tres meses con continuos pulsos y exigencias

Publicado por
Enrique Clemente - redacción | madrid
León

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Desde que Zapatero llegó al poder hace tres meses Maragall no ha cesado de plantear exigencias y echar pulsos al nuevo Gobierno. Su principal y más importante discrepancia se refiere a la misma configuración territorial del Estado. El líder catalán siempre ha defendido un «federalismo asimétrico», que diferencie claramente a las nacionalidades históricas de las demás. Su proyecto va más allá de las reformas cosméticas de la Constitución que defiende Zapatero. Contempla cambios importantes en el Estatut, que pueden chocar con la carta Magna. Maragall ha hecho propuestas que han levantado ampollas en el PSOE. Desde su defensa del reconocimiento internacional de las selecciones deportivas autonómicas a su pretensión de que el PSC tenga grupo propio en el Congreso. Maragall trasladó a Zapatero su deseo de que el Senado se convierta en una cámara «de corte federal», en la que los parlamentarios representen a sus respectivas autonomías y en la que las grandes ciudades estén presentes Ha exigido el traspaso de 97 competencias del Estado, reclamado el archivo histórico de Salamanca y anunciado el pago de un euro por visita médica en la Sanidad catalana, lo que representa romper la equidad territorial. Además, ha presionado para colocar a su mano derecha, José Montilla, en el crucial macroministerio de Industria y luego en la Ejecutiva del PSOE. Maragall también destacó en su encuentro de ayer la importancia de que el presidente le recibiera en su residencia oficial con la bandera de su comunidad -«que es la suya»- junto a la nacional,