El congresista que pidió la insignia destaca el apoyo a la guerra de Irak
Las gestiones del gabinete de abogados Piper Rudnick no han tenido nada que ver con la recogida de firmas en el Congreso de EE.UU. para conceder la Medalla de Oro del Congreso al ex presidente José María Aznar, según el diputado de Nevada Jim Gibbons. El congresista republicano de Nevada, junto con su colega demócrata de Texas Silvestre Reyes, fue quien propuso al ex presidente español para este mérito en un comunicado emitido el 15 de mayo del 2003. Su jefa de gabinete y directora de comunicación, Amy Spanbauers, aseguró este jueves que «Piper Rudnick nunca ha contactado con nosotros». Spanbauers dice que todos los votos recogidos son resultado de las entrevistas cara a cara mantenidas por el congresista Gibbons con el resto de los legisladores. Para que esa legislación sea aprobada se requiere el voto de dos terceras partes de la Cámara de Diputados, o sea, 290 votos, y de al menos 67 senadores. Según la oficina de información de la embajada de España en Washington, la propuesta cuenta ya con el apoyo de 306 diputados. Parte de esa acogida se debe al discurso que diera en el Congreso el 10 de marzo pasado en favor de la propuesta el secretario adjunto del departamento de Estado Richard Armitage, que calificó al todavía presidente de «héroe de la España moderna». Para Gibbons, que a su vez ha sido receptor de muchas medallas militares por su papel en las guerras de Vietnam y el Golfo Pérsico, la única inspiración fue la contribución de Aznar a la guerra de Irak. El diputado de Nevada también fue responsable de la concesión de esa medalla al primer ministro británico Tony Blair, que la recibió el 18 de julio del año pasado. «El congresista sintió que había tres hombres en la histórica reunión de las Azores -nuestro presidente, el primer ministro Tony Blair y el presidente José María Aznar-», y por tanto Aznar merecía el mismo reconocimiento que el mandatario británico, explicó su portavoz.