El acoso del lobo a la ganadería extensiva dará lugar a batidas fuera de temporada

Otra de las iniciativas anunciadas por la Junta, esta vez a través de María Jesús Ruiz, consejera de Medio Ambiente, afecta a las poblaciones de lobo ibérico de Castilla y León, cuyo número se estima en alrededor de 1.500 ejemplares. El Gobierno autonómico podrá autorizar batidas contra lobos fuera de temporada. Esta transcurre entre el próximo 1 de septiembre y el 31 de marzo de 2005, pero «en casos de muy especial gravedad», la Junta permitirá capturas fuera de este periodo. Esta novedad afectará al norte de Duero, pues al sur una normativa europea impide la caza de lobos. Las batidas sólo estarán permitidas en zonas en las que esté constatada la presencia de un número de estos animales que sea lo suficientemente elevado como para que la persecución no ponga en peligro la pervivencia de la especie. Según el plan de gestión y conservación del lobo de la Consejería de Medio Ambiente, la evolución de esta especie en Castilla y León ha llevado a que su área de distribución se incrementase, respecto a la década de los noventa, en un 35 por ciento. Al tratarse de una especie en auge, esta medida paliará el acoso que ejerce el lobo a algunas ganaderías de toro de lidia y vacuno extensivo de la comunidad. Francisco Purroy, de la ULE, ve la iniciativa como un «calmante psicológico» para los ganaderos. En lo que concierne al control de las poblaciones loberas, Purroy ve con mejores ojos el uso de nuevas técnicas como las que se aplican en Estados Unidos desde hace poco con el lobo y el coyote. Una de ellas consiste en el uso de ovejas-cebo, revestidas con un arnés impregnado con una sustancia tóxica para el cánido, y que resulta efectiva para reducir poblaciones conflictivas. En el supuesto de «daños graves» causados por lobos, se deberá comprobar previamente la gravedad de los perjuicios antes de la concesión del permiso, que será para una fecha concreta y un número máximo de lobos, que nunca podrán ser crías de esta especie protegida. El lobo ibérico en Castilla y León ha sufrido un proceso expansivo. Además de haber aumentado las densidades de la especie en aquellos territorios donde ya estaba presente, ha aparecido también en algunas comarcas donde había desaparecido hace décadas. Tanto es así que la comisión mixta del Parque Nacional de Picos de Europa está recibiendo actualmente peticiones por parte de Principado de Asturias para autorizar más batidas, debido a los problemas que esta especie ocasiona a los pastores. En la actualidad, el lobo está presente en las nueve provincias de la comunidad, y cría en ocho de ellas. Según la Dirección General del Medio Natural de la Junta de la Consejería de Medio Ambiente, la población oscila, según épocas, en unos mínimos de entre los 1.000 ejemplares al inicio de la primavera y los 1.500 a mediados de otoño. Su área de distribución ha aumentado, respecto a la década de los 90, en un 35% (19.700 km2).