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Sostiene que todavía no se ha completado el puzzle sobre la masacre terrorista «y la banda puede ser la pieza que falta»

Acebes insiste en que todavía hoy la «sombra de ETA» planea sobre el 11-M

El ex ministro cuestiona aún la versión oficial sobre la autoría islamista de los atentados

Publicado por
M. Sáiz-Pardo - madrid
León

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El ex ministro del Interior Ángel Acebes reavivó ayer, cuatro meses y medio después del 11-M, la tesis de que ETA pudo ser la organizadora -o cuanto menos la instigadora- de la masacre de Madrid, más allá de que los autores materiales de la matanza fueran terroristas islámicos. Durante su maratoniana comparecencia de más de diez horas ante la comisión de investigación, no tuvo reparos en cuestionar la versión oficial sobre la autoría integrista y resucitar «la posible conexión» entre los islamistas y ETA. Fue vehemente en su defensa de la tesis etarra sostenida por su partido a lo largo de la comisión, pese a que ningún profesional de las fuerzas de Seguridad avaló durante las comparecencias el más mínimo vínculo con los atentados de los trenes. El ex titular de Interior se alineó, en cambio, con las posiciones mantenidas por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, y el ex director de la Policía Agustín Díaz de Mera, y afirmó, rotundo, que una de las claves de la investigación todavía incompleta sobre el 11-M es «saber el alcance real de la sombra de ETA que aún planea sobre aquellas horas». Piezas que no encajan El ex ministro manifestó que la cuestión es simple: «no encajan las piezas» del puzzle de los atentados y quizás la banda terrorista vasca sea la ficha que falta. «No encaja que unos delincuentes comunes, en poco tiempo, se convirtieran en terroristas sin conexión alguna con Al Qaida», apuntó. «No encaja -prosiguió- que en esas condiciones sean capaces de diseñar y ejecutar el mayor atentado de la historia de Europa». Acebes hizo suyas las tesis «populares» e instó a los responsables del Ministerio del Interior a investigar las «conexiones», «colaboraciones» e «inspiraciones» de la célula integrista hasta saber «quién decidió la fecha y determinó incidir tan brutalmente en nuestras elecciones generales» porque, aseguró, el día no fue escogido al azar. Y continuó «¿Quién programó al detalle la sucesión precisa de los acontecimientos? ¿Quién planificó la secuencia de las pistas? ¿Cuáles fueron los vínculos y las colaboraciones externas de los terroristas?». «¿Quién ha sido, señorías?», inquirió el ex ministro. «¿Quién hay por arriba y por abajo?», martilleó una y otra vez a lo largo de su declaración. Los abanderados Acebes también recurrió a las, en su opinión, lagunas sobre lo ocurrido aquellos días para denunciar que entre esas incógnitas figuran los nombres de los responsables de un atentado que «llevó a derribar a un Gobierno». Se mostró convencido de que el 11-M fue la causa de que el PP perdiera el poder y esta convicción le llevó a exigir al «actual Gobierno» que despeje los «interrogantes que todavía existen sobre la autoría intelectual de esta masacre y sobre el cambio político provocado con la comisión del atentado». Se mantuvo fiel a la tesis de su partido de que en aquellos días hubo una utilización partidista del atentado y denunció este supuesto complot de «agitadores deseosos de réditos políticos derivados de la situación de incertidumbre». Sostuvo que entre el 11 y el 14 de marzo hubo «personas y entidades identificables que desarrollaron una campaña para socavar la fiabilidad del Gobierno, explotando la sacudida emocional provocada por el atentado y multiplicando temeraria e irresponsablemente las dificultades ya muy graves de ese momento». No dio ni un solo nombre de persona ni de organización política, a lo más que llegó, ante la avalancha de preguntas con exigencias de precisiones, fue a deslizar que «hubo algunos que consideraron esencial una estrategia electoral contra el reloj» que culminó el 13-M y que tenía como único fin el de «sembrar la infamia de que el Gobierno manejaba a su antojo la información, ocultaba la verdad». Vigilancia a Otegi No dijo en ningún momento cómo lo supo y si fueron los servicios secretos los que se lo dijeron. El ex ministro del Interior Ángel Acebes, sin embargo, reconoció en la comisión del 11-M que sabía que cuando el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, descartó durante la mañana del 11 de marzo la participación de ETA en la masacre, el dirigente abertzale no había logrado hablar con ningún interlocutor de la organización terrorista y que, por tanto, sus palabras carecían de valor. Fue a preguntas del diputado del PNV Emilio Olabarria cuando Acebes admitió de forma implícita los seguimientos al todavía parlamentario vasco. «Cuando Otegi realiza esas afirmaciones imputando a otra organización terrorista la responsabilidad de los atentados, no sabe que no ha sido ETA, sino que lo que quiere hacer es desviar la atención». Acebes no citó al CNI como origen de los pinchazos, pese a que estuvo a punto de hacerlo durante el afiado interrogatorio de la diputada de Nafarroa Bai, Uxue Barkos. Sin embargo, es un secreto a voces en la comisión de investigación que el párrafo censurado en uno de los dos documentos del CNI desclasificados por el anterior Gobierno en el consejo de ministros del 19 de marzo se refería precisamente a esa llamada telefónica de Otegi a un interlocutor desconocido (supuestamente cercano a la banda terrorista) que no supo decirle entonces si ETA estaba detrás del atentado. Existe un supuesto segundo informe que el CNI envió al Ejecutivo, según el cual el portavoz la extinta Batasuna y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Lluis Carod Rovira, acordaron en otra llamada telefónica una estrategia para que el 13-M hubiera la «mayor anormalidad posible». «El presidente cumplió con su obligación al llamar a los medios para dar información» EDUARDO ZAPLANA, ex portavoz del Gobierno «Arnaldo Otegi estuvo sometido a vigilancia después de los atentados de Atocha» Ángel Acebes Ex ministro de Interior

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