Las cabeceras de comarca, principales ejes de la inmigración
Los principales valles fluviales de la comunidad conforman ejes naturales de localización de la población extranjera, al ubicarse en ellos los municipios cabecera con una economía más dinámica y mayor oferta de empleo, según se destaca en el Informe Económico y Social del 2003 aprobado recientemente por el CES. Junto al Valle del Ebro, que se ha consolidado como uno de los nuevos espacios de inmigración, y el del Duero, también adquieren cada vez mayor importancia los valles leoneses del Órbigo, Esla y Cea, o los palentinos del Carrión y Pisuerga. Con la excepción de Mayorga, en las provincias de León y Palencia predominan los flujos de latinoamericanos. Finalmente y dentro de este conjunto de nuevos espacios de inmigración rural, destaca la comarca del Bierzo. Frente a los primeros flujos procedentes de Portugal, Cabo Verde y Pakistán, atraídos por el trabajo en las cuencas mineras, la agricultura intensiva y los servicios son los responsables de los actuales asentamientos, protagonizados por latinoamericanos. El caso de León Las provincias más pobladas, Burgos, León y Valladolid, poseen la mayor capacidad de captación de inmigrantes, sumando el 57% de los afincados en Castilla y León. Sin embargo, el grado de concentración está disminuyendo desde el año 1996, debido a la relevancia alcanzada por la provincia de Segovia como territorio de destino (actualmente acoge el 13% de los extranjeros). En el caso de León, donde el grado de concentración en la capital es inferior al resto, se debe a que los municipios cabecera de las cuencas mineras mantienen todavía un número elevado de extranjeros, en torno al millar en Bembibre y Villablino. A ello se suma la importancia de Ponferrada, donde residen otros dos mil inmigrantes, y el papel de San Andrés del Rabanedo con otro medio millar.