Diario de León

«Me levanté del suelo y estaban todos muertos»

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a.t. | madrid
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Las declaraciones de decenas de supervivientes del 11-M y de familiares de fallecidos han acumulado desde mayo miles de folios llenos de testimonios desgarradores y de dolorosos recuerdos, pero también de declaraciones que describen comportamientos ejemplares, acciones altruistas y revelaciones sorprendentes. Fuentes judiciales indicaron que una de las declaraciones que más impresionaron a los funcionarios de la Unidad de Apoyo a las Víctimas, dependiente del Juzgado Central 1, fue la realizada por un superviviente de la voladura de los trenes de cercanías, que salvó la vida gracias a una casualidad. La víctima, que viajaba en uno de vagones que albergó una de las mochilas bomba, contó a los trabajadores que se le cayó un objeto al suelo y tuvo que agacharse mucho para recogerlo. «Cuando me levante vi que todos estaban muertos», explicó ante la sorpresa de cuantos le escuchaban. No es el único testimonio en el que el azar actuó en uno u otro sentido. Fueron varios los supervivientes que explicaron que normalmente viajaban a trabajar o a estudiar en Madrid en alguno de los vagones más afectados por las explosiones, pero que ese día, por distintos motivos, subieron a otros. Por el contrario, una viuda contó como su esposo muerto nunca usaba los trayectos de cercanías, pero que ese día viajó en el tren porque estaba a la espera de que le entregasen el coche que se había comprado. Otra de las curiosidades más repetidas por víctimas es que los libros que leían en el momento de cada explosión les salvaron la vida o minimizaron sus heridas, porque hicieron de improvisados parapetos. Los trabajadores de la oficina están sorprendidos por la entereza con la que buena parte de las víctimas o de sus familiares son capaces de afrontar lo ocurrido. Uno de los familiares directos de un matrimonio fallecido se ha hecho cargo de los dos pequeños huérfanos de la pareja. Sin embargo, no todos los afectados tienen esa fortaleza. Algunas de las personas atendidas, en su mayoría testigos directos de horribles mutilaciones, sufren pesadillas con esas escenas y se vienen abajo cuando se ven obligados a recordar lo vivido.

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