Diario de León

Los artefactos, de poca potencia y similares a los empleados en Ribadesella y San Vicente de la Barquera, causaron un herido leve

Estallan a la vez dos bombas en la playa de Gijón y en el centro de Santander

El comunicante que alertó a «El Diario Montañés» y a «Gara» no dijo llamar en nombre de ETA

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M. Lara / A. Torices - santander / madrid
León

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Dos artefactos de escasa potencia estallaron ayer, pocos minutos después de las seis de la tarde, en zonas muy concurridas de Santander y Gijón después de las explosiones del pasado sábado en Ribadesella y San Vicente de la Barquera. Las bombas de ayer, similares a las que explosionaron el sábado en Ribadesella (Asturias) y San Vicente de la Barquera (Cantabria), según fuentes de la investigación, estallaron en puntos céntricos de ambas ciudades norteñas, muy concurridos a esa hora, pero, por fortuna, no causaron más que un herido leve en Gijón y algunos daños materiales en ambos lugares. Un comunicante anónimo, que no dijo ser de ETA, llamó entre las 17.00 y las 17.30 horas al diario Gara y a El Diario Montañés de Cantabria para anunciar la colocación de las bombas, pero, al menos en el segundo caso, sólo informó de que se trataba de dos artefactos explosivos, uno ubicado en el Paseo Pereda y otro en la calle José García Bernardo. El individuo no concretó a qué poblaciones pertenecían las vías, lo que ralentizó las operaciones policiales de localización. Fuentes de la investigación indicaron que aún es pronto para determinar el tipo de explosivo utilizado en los atentados y su cantidad, pero añadieron que las primeras inspecciones apuntan a que la sustancia también podría ser amonal -explosivo casero usado en los artefactos del sábado- y a que las bombas están confeccionadas con cantidades muy similares a las de Ribadesella (300 gramos) y San Vicente (200 gramos). La hipótesis que se maneja en este momento es que un comando itinerante de ETA se desplaza a localidades de Asturias y Cantabria, coloca los artefactos y horas después, cuando ya se encuentra a salvo de controles de carreteras, alerta a medios de comunicación sobre la ubicación de las bombas. Los cuatro atentados ocurridos en menos de una semana comenzaron un día después de que el Ministerio del Interior distribuyese por todo el país las fotografías de seis etarras buscados por la justicia, que podrían formar parte de comandos llegados a España para cometer atentados este verano. Las fuentes de la investigación no aportaron información sobre si los seis prófugos pueden estar implicados en los atentados de ayer y del sábado. En pleno centro La primera explosión se produjo sobre las 18.10 horas, a la altura del número 35 del céntrico Paseo de Pereda de la capital cántabra, muy cerca de una sucursal del Banco de Santander y a unos 200 metros de la sede del Gobierno de la comunidad. El artefacto, que estaba oculto en un arbusto, explotó sin causar víctimas, rompió un árbol próximo (un plátano) y dañó varios automóviles. Dada la hora de la explosión, en la que este paseo -pegado a la playa de El Sardinero- suele estar repleto de paseantes, fue una suerte que no se produjera alguna víctima, pues los trabajos de desalojo y acordonamiento de la zona todavía no habían concluido. La segunda explosión fue prácticamente simultánea, sobre las 18.20 horas, en el Paseo del Muro de la playa de San Lorenzo de Gijón. La onda expansiva de la bomba, también un artefacto de escasa potencia, provocó heridas leves a un anciano de 78 años.

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