Diario de León

La víctima, que desapareció el 18 de julio en Albacete, se encontraba en proceso de separación

Recuperado de un pozo el cadáver de una mujer que denunció a su marido

La detención del esposo y una sobrina, que mantenían una relación, facilitó el hallazgo

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J. V. Muñoz-Lacuna - toledo
León

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Los malos presagios de los habitantes de Caudete (Albacete) sobre el paradero de una de sus vecinas, Ana María Suárez, de 37 años, desaparecida el pasado 18 de julio un día antes de acudir a un juicio por presuntos malos tratos contra su ex-compañero, se han hecho realidad. Los bomberos de Alicante encontraron el cadáver de Ana María en la noche del jueves a 20 metros de profundidad en un pozo situado junto a la estación de La Encina, dentro del término municipal de Villena (Alicante). El cuerpo, en avanzado estado de descomposición, aún conservaba una cuerda atada al cuello y una bolsa de plástico que envolvía la cabeza. El hallazgo del cuerpo sin vida de Ana María Suárez ha sido posible tras la detención y posterior confesión de su ex-compañero sentimental, José Martínez Clemente, de 50 años y la sobrina de la víctima, Verónica Busquets Suárez, de 20 años, que mantenía una relación con el detenido. Los dos, que se han acusado mutuamente del crimen, ya han ingresado en la prisión de La Torrecica (Albacete) Los tres hijos de la víctima, dos de 8 años y uno de 12, vieron por última vez a su madre el 18 de julio. Ese día el ex-compañero de su madre y su tía acudieron a su domicilio familiar para hablar con Ana María, que al día siguiente debía acudir a un juzgado de Almansa (Albacete) para declarar en un juicio por presuntos malos tratos contra José Martínez, a quien había denunciado en mayo del 2003. Desde entonces nada se supo del paradero de Ana María y su ex-compañero, que fue interrogado por la Guardia Civil, tan sólo reconoció que había quedado con ella recientemente para entregarle una cantidad de dinero -aunque sobre él pesaba una orden judicial de alejamiento- y que, en aquella ocasión, le había comentado su intención de marcharse a vivir a una localidad de la costa levantina junto a unos familiares. Sin embargo, las pesquisas policiales dieron un giro definitivo el pasado 23 de julio cuando una mujer que afirmaba ser Ana María Suárez telefoneó desde Yecla (Murcia) al servicio de emergencias 112 para indicar que no pensaba volver a Caudete y que no quería seguir adelante con la causa judicial abierta contra su ex-compañero. Los investigadores descubrieron que la voz de la llamada correspondía a su sobrina Verónica y estrecharon el cerco hasta la detención de los dos presuntos autores de la muerte de Ana María, cuya confesión permitió encontrar el cadáver.

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