Diario de León

| Entrevista | Carlos Martínez Alonso |

«Pocos virus se han estudiado tan bien en tan poco tiempo»

El leonés Carlos Martínez Alonso lleva tres meses dirigiendo los trabajos de las grandes eminencias científicas del país, y cinco años tras la pista de los beneficios de las estatinas

Carlos Martínez Alonso, en su despacho del CSIC

Carlos Martínez Alonso, en su despacho del CSIC

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J. de Vega - león
León

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Los tres meses que lleva al frente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), máximo organismo público de investigación, autónomo, multidisciplinar, le han reafirmado en convicciones que han guiado su trabajo desde hace años. Natural de León, Carlos Martínez ya encabezaba proyectos punteros como presidente de la Conferencia Europea de Biología Molecular, y ha sido merecedor del premio Dupont de investigación y el galardón Severo Ochoa. Ya en el 2002 comunicó a Diario de León el hilo de unas investigaciones que ahora han devuelto su nombre a las planas de la prensa internacional. ­-Su lucha contra el sida es larga y fructífera. ¿Cómo han transcurrido las últimas etapas de esta investigación? -Llevamos cinco años andando por este camino. Nuestra estrategia consiste en la búsqueda métodos alternativos. Una gran parte de nuestras pesquisas han ido encaminadas a caracterizar el virus. Desde que se descubrió su agente causal, pocos virus se han estudiado tan bien en tan poco tiempo. Conocemos su estructura molecular, lo hemos manipulado de un sinfín de maneras, pero con frecuencia se han olvidado las relaciones entre el VIH y su huésped, que es lo que nos impide neutralizarlo. Lo que hemos hecho en los últimos años es identificar el receptor fundamental que el virus utiliza para infectar una célula. -¿Cuál es ese receptor? -Se trata de unos microdominios de la membrana celular denominados «balsas de membrana», que constituyen la puerta por la que el virus entra en la célula y que presentan un alto nivel de colesterol. Hace años descubrimos que secuestrar el colesterol de estas balsas impedía la entrada del VIH, causante del sida. Existe una proteína denominada Rho e inhibiendo su activación se puede impedir que la virus entre o salga de la célula. Además, hemos identificado una droga de baja toxicidad contra el colesterol, las estatinas, que aplicada sobre esta proteína previenen la infección de la célula. Seleccionamos a seis pacientes que no tomaban, porque no podían o no querían, el tratamiento convencional y les hemos administrado estatinas. A las cuatro semanas disminuyó la carga viral. -Sin embargo muchos médicos han alertado de los efectos perjudiciales que tienen los fármacos que reducen el colesterol. -Es cierto. Uno de los objetivos de la ciencia es encontrar selectivos y sin efectos negativos. Las estatinas presentan dos, hepatotoxicidad (término general para referirse a lesiones del hígado) y neuropatía periférica (enfermedad de los nervios periféricos, todos menos los de cerebro y médula, presente en el 30% de los seropositivos). Pero la incidencia es mucho menor que la de los antirretrovirales. Es mucho menos tóxico y muchísimo más barato. -Otros equipos estaban investigando en la misma línea, ¿verdad? -Si, es difícil ser el único que investiga algo. Nosotros somos expertos mundiales en esas balsas, que muchos otros agentes patógenos utilizan para infectar células. -¿Qué piensa cuando la gente le pregunta por el fin de enfermedades como el sida o el cáncer? -Difícilmente se puede llegar a una última solución. Cuanto más conocemos, más conscientes somos de lo que nos queda por conocer. Cada día aprendemos algo nuevo y llegará el momento en que lo resolveremos. Pero hay un paso intermedio, que es desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico, es decir, ser capaces de localizar la primera célula infectada y responsable del desarrollo de la enfermedad. Si tenemos esta información en momentos muy tempranos podremos hacer curables todas las enfermedades. -¿Qué opina de la experimentación con células madre de origen embrionario? -He recibido llamadas amenazantes, algunas contra mi vida, por defender este tipo de experimentación. Siempre he sostenido que es absolutamente necesario aunque en ocasiones se sobredimensionan sus posibilidades reales. Ahora es legal, pero debe ser una práctica consensuada entre toda la sociedad. La ciencia no debería ser nunca un elemento de discrepancia. -¿Se tropieza a menudo con lastres administrativos? -El CSIC es el mayor único órgano interdisciplinar que tiene el Estado para promover la I+D, pero se ha quedado un poco anclado en el tiempo. En el 2007 se cumplen 100 años de su creación por Santiago Ramón y Cajal, y ha sobrevivido todo este tiempo, pero está demasiado burocratizado. Ahora debemos cambiar su estructura jurídica y crear otra que dote a este consejo de medios suficientes para ser competitivo otros 100 años. Además es fundamental la incorporación de jóvenes, porque la media de edad es de 54 años y difícilmente se puede ser competitivo así. -Usted ha promovido el Pacto de Estado por la Ciencia para comprometer a todos los partidos con la investigación científica. ¿Es algo factible? -No sólo factible sino muy necesario, absolutamente fundamental. Así es en los países más desarrollados científica y económicamente. La ciencia debe estar desligada del poder político y la única forma es que haya un pacto de Estado que vaya más allá de todas las legislaturas. Lograremos hacer de la economía del conocimiento la base de nuestra competitividad en el horizonte del 2010.

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