Dos años después del Prestige las costas siguen sin medios para detectar vertidos

Las nuevas tecnologías que ya utilizan otros países europeos para la detección de vertidos marítimos ilegales aún no han llegado a Galicia, a pesar de ser una encrucijada en el tráfico de internacional de hidrocarburos y haber sufrido un rosario de mareas negras, la última hace tan sólo 21 meses. La impunidad con la que se realizó el supuesto sentinazo que estos días afectó de manera especial a Barbanza y Carnota evidencia una falta de medios técnicos que ya son realidad en otras costas, como el vecino Portugal o los países del norte de Europa. Así, según un informe de la Unión Europea sobre tecnologías para detectar este tipo de descargas recogido en un estudio de la Fundación Océana, las técnicas empleadas por la Administración española se reducen prácticamente a la inspección visual aérea o marítima. En países como Portugal, sin ir más lejos, se emplea el efectivo radar de banda lateral Slar, la detección por infrarrojos y ultravioletas o el radiómetro de microonda, que permiten incluso la localización nocturna de los sentinazos. Otros países del norte de Europa, como Dinamarca, Noruega, Holanda y el Reino Unido recurren a un régimen combinado de satélites -que España no considera efectivos- y aviones para prevenir las descargas ilegales. Frente a estos medios, países del sur como Italia, Francia o España se limitan a la inspección visual y a la utilización fotografías como prueba de cargo contra los buques infractores. En cambio, las tecnologías arriba indicadas permiten realizar un seguimiento del vertido hasta dar con el barco que realizó la descarga. Fuentes de Marina Mercante indican que España dispondrá «próximamente» de radares Slar en los medios aéreos de reconocimiento. En cualquier caso, la tecnolo-gía -a veces con limitaciones y errores en la detección- no es la panacea para resolver un problema para el que deben buscarse soluciones más efectivas en el seno de la Organización Marítima Internacional (OMI). Sin embargo, los distintos sistemas de detección sí han demostrado su eficacia disuasoria en zonas muy propensas a los sentinazos como el mar Báltico donde, en 5.000 horas de vuelo anuales, se detectan entre 500 y 700 vertidos ilegales. La pista del sentinazo Los técnicos de Marina Mercante continúan investigando el vertido que se produjo la semana pasada en un lugar indeterminado de la costa y que afectó sobre todo a arenales de Carnota y Barbanza. Dada la distribución de la contaminación con fuel del sur hacia al norte, se mantienen como hipótesis principales la del sentinazo o un fallo operativo en un trasvase interno de carga en un petrolero. Sin embargo, en este departamento no cierran la puerta a otras posibilidades más remotas, como que el vertido tuviera su origen en tierra.