El abandono en verano de aves exóticas empieza a amenazar la fauna autóctona

«No cedemos a nadie los animales abandonados, porque correrían la misma suerte que antes» SERAFÍN FREIJO, presidente de la Asociación Leonesa de Ornitología Los perros ya no son las únicas mascotas abandonadas a su aire en temporada de vacaciones, habiendo quedado largamente desplazados en el peculiar ranking de los animales «sin techo» por las aves exóticas de moda, de las cuales, sólo en la provincia de León, la Asociación de Ornitología calcula, por lo bajo, que no menos de dos millares se sueltan cada año o que se escapan de la jaula simplemente por descuidos. Periquitos, cotorras y, en menor medida, loros, conforman ya pequeñas colonias en los alrededores de León, la mayor parte de los cuales han logrado sobrevivir al duro clima del invierno y criar en estado salvaje. Según el presidente de la Asociación, Serafín Freijo, y el vicepresidente, Agustín Salmerón, «ya es relativamente fácil ver por parajes como Puente Castro bandadas de periquitos que desplazan y compiten con las especies autóctonas». Los ornitólogos aseguran que casi nadie presta atención al problema, que se remonta a finales de los años ochenta, cuando las pajarerías de los grandes hipermercados empezadon a sacar a la venta especies raras, «que rapidamente se pudieron de moda a precios baratos: un periquito no cuesta más allá de dos mil de las antiguas pesetas y una cotorra ninfa, por ejemplo, poco más de siete mil». La Asociación Leonesa de Ornitología está desarrollando una campaña para recoger en sus propias pajareras cualquier ejemplar que moleste a sus dueños en época vacacional o «cuando sea, porque se abandonan en todas las épocas del año cuando la gente se cansa de cuidarlos». «Y el problema para la fauna autóctona», se añade, «es que este tipo de aves se aclimatan enseguida y, sobre todo, crían durante todo el año, al contrario que la mayoría de las especies de aquí, que sólo lo hacen en primavera». Según los responsables de la Asociación, el ecosistema de la fauna autóctona se está librando de una auténtica plaga, como las que en su día supusieron la introducción de especies foráneas de cangrejos o truchas americanas en los ríos, gracias sólo a dos factores que ninguna autoridad en temas de medio ambiente había previsto: la escasa capacitación de los compradores de aves exóticas para cuidarlas, «con lo que se produce una gran mortandad en las jaulas» y, una vez abandonadas, la constante labor de caza de los gatos en las zonas rurales. «Si no fuera por eso tendrían problemas, a veces de extinción, muchos pájaros autóctonos, de cualquier dieta, porque las especies llamadas exóticas son, casi todas, omnívoras». A falta de estadísticas oficiales la Asociación estima en no menos de diez mil el número de aves exóticas en cautividad, muchas de las cuales pueden ser echadas de casa en cuanto le convenga a la familia: «la supervivencia es alta y los que no saben volar no pasan del 10%».