Diario de León

Las pajareras del parque de Quevedo dan cobijo a ejemplares casi únicos, sin dueño

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A. Núñez - león
León

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La gran pajarera que mantiene la Sociedad de Ornitología de León en el Parque de Quevedo, dividida en cuatro compartimentos, es uno de los recintos más frecuentados por curiosos y escolares, en la que pueden observarse un centenar de ejemplares, algunos valiosos en precio, aunque esta circunstancia sólo es apreciable para los muy expertos, como algún que otro loro africano o de bengalí rojo, que se cotizan hasta en 1.200 euros. Para el resto de los visitantes cuenta únicamente lo raro de los pájaros en comparación con los que habitualmente se ven en estado salvaje o cautivo en León. Según los responsables de la Asociación, este verano se han recibido apenas media docena de aves «que están en cuarentena» y no especialmente cotizadas, aunque todas son bienvenidas a la jaula y servirán para satisfacer, sobre todo, a los visitantes infantiles o, por lo menos, a los más jóvenes. «Tratamos de promover en ellos el respeto a la naturaleza y a las especies de fuera y de aquí, y también por eso pedimos que, antes de echar a volar un pájaro, nos lo regalen». La asociación de ornitólogos se compara a si misma con las clásicas protectoras de animales, aunque marca una diferencia: «nosotros recogemos los pájaros, pero ni los devolvemos ni los entregamos luego en adopción a otras personas, más que nada para que no vuelva a pasarles lo mismo». Según el presidente Freijo y el vicepresidente Salmerón, si los animales se cedieran seguramente volverían a ser irrecuperables y simplemente quedarían echados a volar otra vez a la menor molestia para las familias, «da igual en vacaciones que en cualquier otra época del año, y así lo mejor es tenerlos nosotros para fomentar la conciencia del niño en el respeto a la naturaleza». Observatorio en La Candamia La Asociación de Ornitología tiene en proyecto crear un observatorio de aves en La Candamia, un lugar que se considera privilegiado en las afueras de la ciudad entre humedales y parajes todavía con una contaminación relativa. El tema está pendiente de ayudas municipales, lo mismo que la creación de otra pajarera para recogida de aves en el Coto Escolar, similar a la que actualmente funciona en el Parque de Quevedo. Las únicas fuentes de financiación son, por el momento, las municipales y la Asociación deplora que no se hayan embarcado el el proyecto otras instituciones públicas, aunque no precisamente porque no se les haya pedido ayuda. Mientras tanto, cada año echan a volar desde sus jaulas domésticas miles de pájaros raros y exóticos que llaman la atención de cualquiera que pasee por los alrededores de la ciudad, pero que «también representan un peligro y desplazan a la fauna que todos hemos visto siempre, aunque pocos se dan cuenta todavía del riesgo».

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