Diario de León

El teléfono contra el hombre

Los científicos y expertos de la salud recomiendan un uso racional del móvil y alertan sobre los efectos nocivos que causan las radiaciones sobre todo en niños y adolescentes

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E.G. Bermejo - león
León

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El teléfono móvil ha entrado en la casa de millones de españoles casi sin que se diesen cuenta. Hace una década este tipo de aparatos eran un artículo de lujo que únicamente podían permitirse algunos grandes empresarios o ejecutivos que lo usaban por necesidades del trabajo. Actualmente, es rara la familia que no cuenta con un sólo teléfono y en algunos casos hay un móvil por cada miembro del núcleo familiar. Los celulares han ido invadiendo poco a poco la vida de los hogares. Han dejado de ser algo necesario para ser algo imprescindible. Cada tipo de persona apunta a un motivo que le empuja a llevar su teléfono de un lado a otro. Unos por trabajo, otros porque necesitan hablar con sus hijos y tenerles localizados y los niños para que sus padres sepan dónde están y para hablar con los amigos, principalmente. Incluso los teléfonos fijos han sido desplazados por la nueva tecnología móvil. La población se deja llevar por las modas, por la última tecnología sin pensar en lo que hay detrás de estos avances. Es cierto que un teléfono móvil aporta una comodidad añadida al uso, pero también es cierto que los últimos estudios sobre la tecnología celular están sembrando la alerta entre la ciudadanía por sus contraindicaciones. Los últimos estudios sobre campos electromagnéticos y salud pública, realizados por el Ministerio de Sanidad y Consumo, afirman que «es necesario hacer un uso racional de los teléfonos móviles con objeto de reducir exposiciones innecesarias a los campos electromagnéticos, particularmente en grupos de especial atención como niños, adolescentes o portadores de implantes activos». El grupo más proclive a sufrir daños internos por las radiaciones de los móviles son los niños, ya que su sistema inmunológico aún no está totalmente desarrollado, lo que hace que la radiación penetre más en este tipo de usuarios. Por otro lado, las mujeres embarazadas deben mantener un cuidado especial y «alejar el móvil de su vientre», tal y como recomendaba el Gobierno francés en un estudio publicado en el 2002. Ondas perjudiciales Y es que, ante esta polémica son varios los biólogos y especialistas en salud los que se han pronunciado. Por ejemplo, el catedrático británico, Sir William Steward, desaconseja el uso de teléfonos móviles a niños y adolescentes menores de 16 años, ya que si la exposición a estas ondas es perjudicial, éstos serían los principales perjudicados, dado que sus cráneos son más delgados y absorben más fácilmente las radiaciones. En cuanto a estas afirmaciones, las compañías de teléfonos móviles sostienen que dichos efectos están aún por demostrar científicamente. Los principales males que podrían tener lugar en los cuerpos todavía sin desarrollar de los niños son de todo tipo. Según el doctor Hyland, «los principales efectos son neurológicos, causando dolores de cabeza, pérdida de la memoria y problemas para dormir». Además, les afectarían socialmente de modo que «favorece el aislamiento e incrementa el riesgo de depresión», advirtió. En este aspecto, la situación es la misma con las antenas de telefonía que se encuentran situadas en edificios donde viven o estudian niños. En varias ocasiones han sido interpuestas denuncias por parte de padres y asociaciones para evitar la colocación de estas torres en lugares que suponen un alto riesgo a niños. Estas medidas se convierten en inservibles, mientras los niños sigan adquiriendo teléfonos móviles que perjudican su salud directamente al usarlos, como el tabaco, pero sin advertencia.

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