La policía no logra desvelar la autoría intelectual del 11-M medio año después

La mayor investigación de la historia policial de España continúa su curso seis meses después del 11-M. Más de medio millar de efectivos de las fuerzas de Seguridad siguen vinculados a las pesquisas . Pero tras las grandes cifras de la investigación y del macro sumario abierto en la Audiencia Nacional se esconden todavía lagunas y puntos negros: sólo han sido detenidos cuatro de los autores materiales de los atentados y los especialistas policiales aún no han logrado despejar las dudas sobre la autoría intelectual de la masacre y la ayuda internacional con la que pudo contar la célula terrorista. Sólo la tercera parte de los terroristas que el 11 de marzo abordaron los cercanías en Alcalá de Henares está entre rejas. De la docena de activistas de la célula, únicamente cuatro pudieron se detenidos con vida y todos ellos en las dos primeras semanas de pesquisas. Medio año después, los responsables policiales del operativo aún lamentan el retraso en las investigaciones y la cantidad de datos y pistas perdidas que provocó la explosión del 3 de abril en el piso de Leganés, en el que se suicidaron siete de los terroristas (seis de ellos ya identificados), entre ellos cuatro de los autores materiales y los dos cabecillas y «dinamizadores» del 11-M: el tunecino Serhane Ben Fakhet y el marroquí Jamal Ahmidam, El chino . El piso de Leganés El suicidio colectivo de Leganés también sirvió desafortunadamente para alertar y poner a la fuga a otros cuatro autores materiales -dos argelinos y dos marroquíes- contra los que la Audiencia Nacional ha dictado órdenes de busca y captura internacionales, muy en particular contra Said Berraj, uno de los integristas que puso las bombas pero del que se sospecha que tiene un papel mucho más relevante en las estructuras de Al Qaida en Europa. Las fugas también han impedido desarticular al aparato de Logística , el grupo de magrebíes que se encargó de trabajar para la célula en labores menores. Tres de los ocho miembros ubicados en esta estructura lograron huir al extranjero, entre ellos el marroquí Abdelmajid Bouchar, el recadero de la célula que dio el chivatazo a los suicidas de que la policía estaba a punto de asaltar la casa de Leganés. 20.000 folios Pese a las huidas, son ya 55 las personas que aparecen como imputadas en el sumario que instruye el juez Juan del Olmo, 17 de las cuales se encuentran en prisión. 20.000 folios y 75 tomos acumulados en apenas seis meses dan cuenta de la magnitud de una investigación en la que colaboran 130 testigos y en la que se han efectuado más de 30 registros domiciliarios. Una cantidad ingente de información que, según reconocen los responsables de la policía nacional, todavía no ha arrojado suficiente luz sobre dos aspectos fundamentales: la autoría intelectual de los atentados y los apoyos internacionales que tuvo la célula para organizar la masacre. La incógnita de El emir , el máximo ideólogo de los atentados citado por algunos de los detenidos, sigue sin poderse despejar aunque son innumerables las quinielas de los especialistas: algunos miran a Londres, donde vive Mohamed Al Gerbuzi, uno de los supuestos fundadores del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), la organización terrorista autora de la masacre; otros apuntan a Marruecos, a Abdelkrim Thami Mejjati, uno de los supuestos cerebros de los atentados que sacudieron Casablanca en mayo del 2003. Muchas hipótesis y pocas seguridades. Sólo un nombre ha aparecido hasta ahora como cierto en la cúspide el 11-M: Rabei Osman El Sabed, El Egipcio , un ex militar destacado miembro de la Yihad Islámica Egipcia que fue detenido el 7 de junio en Milán. La policía tiene pruebas de que conocía los planes de hacer saltar por los aires los trenes, de que participó en los primeros preparativos preliminares y de que se jactaba entre sus acólitos de haber sido el cerebro de la masacre. Sin embargo, los especialistas de las fuerzas de Seguridad tienen serias dudas de que El Egipcio sea el máximo responsable del 11-M, al margen de que Osman se marchó de España 13 meses antes de la masacre.