Más de la mitad de los países europeos han agilizado los juicios
Más de la mitad de los países europeos han introducido reformas en su legislación sobre el divorcio para agilizar los procesos judiciales y acelerar la disolución matrimonial. El Gobierno francés adoptó el pasado mayo una reforma de la ley de 1975 que redujo de seis a dos años el plazo de separación previa necesario para romper el vínculo marital bajo consentimiento mutuo, y además estableció la posibilidad de expulsión rápida de un cónyuge violento del domicilio familiar. En Italia, el país que menor número de divorcios registró durante 2002, la ley de divorcio establece al menos tres años de espera desde que las parejas separadas inician el proceso judicial hasta que obtienen una sentencia definitiva. La oposición de centroizquierda consideró excesivo el lapso de tiempo y en octubre de 2003 presentó un proyecto en el Parlamento para reducir el tiempo a un año, pero finalmente fue impugnado por la mayoría conservadora. La novedad de Alemania ha sido la eliminación del principio de culpabilidad, sin que tampoco sea necesario alegar las causas de la ruptura. Para tramitar el divorcio sin acuerdo entre las dos partes hay que demostrar que ha habido una separación de uno a tres años. Al contrario que Alemania, Austria mantiene vigente el principio de culpa o de destrucción de la convivencia como motivo de divorcio, además del mutuo acuerdo entre las partes. La última reforma, aprobada en 2000, establece un mínimo de separación previa de seis meses. Centroeuropa En Bélgica, país que junto a Dinamarca registró las tasas más elevadas de divorcio en el 2002, existen tres vías para lograr el divorcio: la separación real de un mínimo de dos años, la demanda ante los tribunales de una de las partes alegando culpabilidad del cónyuge y el consentimiento mutuo después de dos años de matrimonio. Las condiciones en Reino Unido e Irlanda, país que legalizó el divorcio en 1996, son similares. Ambos contemplan como requisito imprescindible al menos un año de convivencia conyugal para solicitar el divorcio. Holanda contempla cuatro formas diferentes de separación, entre ellas el denominado divorcio «relámpago», en el que no interviene el juez sino un notario y las autoridades del Ayuntamiento.