| Análisis | Una comisión muy politizada |
Un toma y daca partidista
Desde la constitución misma de la comisión que investiga los atentados se vio con claridad que los dos partidos mayoritarios (que se vieron obligados a constiuirla, sin quererla) estaban más inte-resados en instrumentalizarla para sus fines políticos que en estabecer lo que pasó y por qué sucedió y, sobre todo, en poner los medios para tratar de que no ocurra. Aunque logicamente esto también les preocupe mucho. El objetivo del PSOE era dar por sentado que el Gobierno Aznar mintió al acusar a ETA sin pruebas porque sabía que estaba en riesgo su victoria electoral si la matanza había sido obra de terroristas islamistas. Por su parte, el PP quería investigar lo que pasó entre el 12-M y el 14-M para demostrar que los socialistas protagonizaron una conjura en connivencia con la Cadena Ser para derrrotar al Gobierno. El 14-M parece importar tanto o más que la jornada de la infamia. Por ello, tras la citación de Aznar, aprobada por unanimidad, el PP pidió la de Zapatero y luego el PSOE amagó con solicitar la de Rajoy. Es un toma y daca partidista que poco o nada tiene que ver con las preocupaciones de los ciudadanos y que es normal que escandalice a las víctimas. Lo cierto es que el presidente del Gobierno en aquella trágica fecha era Aznar y su declaración servirá para que explique su actuación ante toda una comisión de investigación. Que se explaye sobre por qué se bajó la guardia, según él mismo ha declarado, respecto a la amenaza que suponía el terrorismo islamista, sobre todo tras el apoyo español a la guerra contra Irak, y también acerca de lo que sucedió desde el 11-M al 14-M. Casi descartada la presencia de Zapatero y tras ver cómo se denegaban sus peticiones de comparecencias, el PP amagó con retirarse. Ahora se lo ha pensado mejor y ha decidido quedarse, aunque a regañadientes. Su única espe-ranza es que Aznar salga airoso. La amenaza de Zaplana («que se preparen» ante la declaración del ex presidente) va en ese sentido.