Zapatero pide a la policía que refuerze sus servicios para combatir a Al Qaida

La lucha contra Al Qeida irrumpió ayer en la jura de la nueva promoción de la Policía Nacional en la academia de Ávila. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en su primera intervención en este centro, advirtió que el combate al nuevo terrorismo internacional pasa sobre todo por el refuerzo de los servicios de Información. Ante los 1.438 recién nombrados funcionarios insistió en no bajar la guardia, ni contra los integristas islámicos ni contra ETA. «El terrorismo sigue siendo la peor amenaza para la seguridad colectiva de los ciudadanos», explicó Rodríguez Zapatero, quien no ocultó su preocupación por la irrupción del «nuevo terrorismo» de Al Qaida. Un fenómeno, dijo, más «difuso y escurridizo» que el conocido hasta ahora y que «se alimenta del fanatismo». El presidente instó a los nuevos policías a prestar especial atención a la «permeabilidad» que las fronteras han demostrado tener para los activistas islámicos y, en particular, alertó del peligro de los terroristas suicidas, que han dejado claro su «desapego a la vida propia, a la vez que a la ajena». «El 11 de marzo se hizo cruelmente presente en Madrid. Para estar en condiciones de combatirlo resulta imprescindible perfeccionar nuestros servicios de Información y estar muy atentos tanto a sus focos locales como a su movilidad internacional», señaló. Pero Rodriguez Zapatero advirtió también de que la obsesión por Al Qaida tras el 11-M no debe hacer olvidar que ETA no está totalmente derrotada, pese a su escasa operatividad. «La lucha contra el terrorismo de ETA no ha acabado», vaticinó. «Tenemos que mantener una alerta continua para prevenir sus golpes». Seguridad y libertad Aunque el terrorismo fue el eje principal del primer discurso del presidente en un acto oficial en sede policial, no fue el único argumento. El jefe del Ejecutivo no quiso dejar pasar la oportunidad para subrayar su «preocupación por el aumento de los índices de criminalidad durante los últimos años». «Esta delincuencia -explicó- daña ante todo a quienes la sufren, pero también nos daña a todos porque significa un deterioro de la calidad de nuestra democracia». En ese sentido, Rodríguez Zapatero recalcó su «convencimiento» de que «no hay libertad sin seguridad», por lo que prometió que ese será «objetivo de la acción» de su Ejecutivo. El presidente, que recordó el refuerzo presupuestario para el Ministerio del Interior y su compromiso de aumentar durante la legislatura en 36.000 funcionarios las plantillas de las fuerzas de Seguridad, apostó por desarrollar las áreas punteras del Cuerpo Nacional de Policía: la científica y las unidades especializadas en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. Ya en orden interno, se comprometió ante los nuevos funcionarios y la cúpula de la Policía a hacer efectiva una vieja demanda: la equiparación salarial con otros cuerpos municipales y autonómicos.