La relación de ETA con países islámicos terminó en 1980
ETA no se relaciona con gobiernos de países islámicos desde 1980. Los servicios de Información de la policía nacional son tajantes en su respuesta a los comisionados del PP sobre la supuesta conexión con Al Qaeda: «en los últimos años no hay la más mínima referencia a una hipotética relación de ETA con grupos radicales islamistas». Los analistas de la Policía precisaron en el informe entregado a la comisión del 11-M que esas relaciones se «remontarían a las décadas de los setenta y ochenta» y matizan que entonces esos países estaban dirigidos por regímenes «marxistas revolucionarios y no integristas o islámicos». La Comisaría General de información detalla los contactos conocidos entre etarras y las autoridades de Argelia, Líbano y Yemen del Sur. Unos intercambios -insisten- que tuvieron lugar entre noviembre de 1976 y enero de 1980, y que se limitaron a los viajes de una decena de etarras para «buscar apoyos, mostrar su solidaridad con la causa árabe y recibir apresurados cursillos». Un pago de 7.000 euros Jamal Ahmidam El chino pagó a Emilio Suárez Trashorras para hacerse con los casi 200 kilos de goma dos y los detonadores apenas 7.000 euros y un poco de hachís. Interpol sostiene que ésa fue toda la financiación con que contó la célula islamista del 11-M para perpetrar los atentados. Un informe del organismo internacional aportado a la comisión parlamentaria asegura que los ataques fueron «una operación de bajo coste» en comparación con otros atentados de los grupos terroristas islámicos. Es más, los analistas de Interpol concluyen que la célula de Serhane Ben Fakhet, El tunecino «se financió localmente, sin la necesidad de una gran transferencia de fondos desde el extranjero». Esa facilidad en la autofinanciación inquieta a Interpol, ya que «pone de relieve la total vulnerabilidad de la Unión Europea a los potenciales ataques terroristas