El PP abre su Congreso con dos visiones opuestas sobre el futuro del partido

«Algo, reconozcámoslo, hemos debido de hacer mal». Esa frase resume la autocrítica sin precedentes a su propio partido con que Alberto Ruiz-Gallardón inauguró ayer el 15º Congreso del PP. Una autocríticaa que más bien fue un torpedo directo en la línea de flotación del anterior equipo dirigido por Aznar, que, dijo, cometió errores y se distanció de la sociedad. Ruiz-Gallardón no defraudó a quienes esperaban de su discurso un mensaje político de profundidad que fue mucho más allá de la mera salutación del alcalde anfitrión del cónclave. El primer edil fue fiel al encargo que le encomendó el secretario general, Mariano Rajoy, con un mensaje inédito que irrumpió en un congreso todavía muy frío, puesto que buena parte de los asistentes y la mayoría de los miembros del comité ejecutivo no habían ocupado sus asientos. Además, echó por tierra la tesis oficial del partido, mantenida por Aznar y Rajoy, que achaca la derrota del 14-M exclusivamente a los atentados del 11-M. El orador aseguró que fueron dos los factores que la motivaron. Por un lado, «los malentendidos producidos en los últimos años entre nuestra formación y la sociedad». Por otro, las «circunstancias dramáticas y absolutamente excepcionales que propiciaron un vuelco». Y precisó aún más: Ambos elementos son «determinantes» para entender lo que ocurrió aquella jornada, no es suficiente uno sólo de ellos. Errores Su discurso estuvo repleto de críticas a la labor de la dirección anterior. Así, dijo que hubo un exceso de optimismo y errores en la forma de transmitir su «magnífico proyecto». Los reproches no pararon allí: puso en duda que se hiciera el esfuerzo necesario para hacer ver el atractivo de la organización e identificar los sentimientos de muchos ciudadanos. «Quién sabe si acertamos a utilizar los estilos apropiados», afirmó. Gallardón concluyó que el PP debe cambiar para «volver a contar con la confianza de los españoles, sino también con su simpatía». Y añadió otra frase significativa: «Tenemos que conseguir que desaparezca esa opinión de algunos españoles que manifiestan que nunca votarían al Partido Popular». En otros planteamientos había críticas implícitas a la anterior gestión. Así, abogó por el diálogo, una unidad que no se base en el pensamiento único, abrir el partido a la sociedad, no subestimar a los españoles, restablecer el diálogo con el mundo de la cultura y por abordar la postergada regeneración democrática. También enmendó la plana a Aznar ideologicamente: el «centro reformista» debe ser sustituido por el «centro integrador», que debe basarse en un nuevo lenguaje, una nueva complicidad con sectores sociales relevantes y una nueva relación con los ciudadanos de las naciones y regiones. El regidor madrileño hizo un discurso mucho más avanzado que la línea oficial de su partido. Pidió que el PP aborde la adopción de menores por homosexuales, instaure la discriminación positiva y que sus propuestas no se vean con-dicionadas por ninguna confesión religiosa. Gallardón alabó a Fraga por haberse retirado con todas las consecuencias de la presidencia del partido en 1989, «libre de toda tentación de regreso, tutela o supervisión», lo que también podría tomarse como una alusión a Aznar. «El PP tiene que suprimir las barreras entre sus integrantes y los ciudadanos»» ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN Alcalde de Madrid «Ni Suárez ni González fueron sometidos al linchamiento que ahora tiene organizado Zapatero con Aznar» ÁNGEL ACEBES Próximo secretario general «No nos dejemos contagiar por la nada y la falta de proyecto del PSOE» JAIME MAYOR OREJA Portavoz en el Parlamento Europeo «El discurso vale lo mismo para el PP que para el PSOE» CARLOS ARAGONÉS Adjunto al secretario general «Hemos sido el mejor Gobierno y vamos a ser la mejor oposición» EDUARDO ZAPLANA Portavoz del Grupo Parlamentario