El líder popular, elegido por el 98,3% de los compromisarios, deja clara su independencia: «No me recomienda nadie»
Rajoy asegura estar «preparado para gobernar» tras ser elegido presidente
Confiesa que pensó dimitir tras el 14-M pero «ni yo ni nadie podía abandonar el partido»
El 98,3% de los 3.000 compromisarios del PP dieron su voto a Mariano Rajoy, que se convirtió ayer en el tercer presidente del Partido Popular y puso fin al año de interinidad en que vivió desde que su predecesor, José María Aznar, le designó secretario general y candidato a la Presidencia del Gobierno. En la breve campaña electoral que le permite el trámite del cónclave, hizo un discurso en clave interna: ante los delegados del partido asumió el compromiso de trabajar para ganar las generales. El discurso de Rajoy comenzó dando una primicia que sólo conocían sus más allegados. Tras la derrota del 14 de marzo pensó en dimitir pero renunció a ello porque «en aquellos momentos ni yo ni nadie podía abandonar el partido». Soltando amarras «No me recomienda nadie», les dijo a los compromisarios del 15º Congreso cuando presentó su candidatura a la Presidencia, «soy yo, por mi cuenta y riesgo, el que os pide que confiéis en mí y en las ideas que propongo». De este modo reconoció que ejerció en precario el poder en el PP hasta recibir la bendición de las urnas en el cónclave de este fin de semana, ante cuyo plenario prometió abrir «una nueva etapa» para recuperar el Gobierno. Presentó su candidatura, en la que mantiene a buena parte de los históricos políticos del partido y la mayoría de miembros del equipo directivo precedente, como «símbolo» de su deber con el partido. El respaldo a la nueva etapa no dejó lugar a dudas. La candidatura de Rajoy recibió 2.520 votos, el 98,3% de los emitidos, 41 en blanco. Su propuesta de comité ejecutivo nacional recibió el refrendo del 98,3% de los votos. Aunque no mencionó al fundador del PP, Manuel Fraga, Rajoy no se desentendió de la herencia recibida sino que, por el contrario, tuvo palabras elogiosas y de reconocimiento para la labor desempeñada por José María Aznar. Salió en su defensa ante quienes «le acosan» y quieren ver su herencia «borrada de la faz de la tierra», a los que advirtió de que no lo van a conseguir. «La historia pondrá a todos en su sitio», proclamó, y arrancó un prolongado aplauso del público al que Aznar saludó al modo militar, con la mano en la sien. El candidato hizo un relato de su trayectoria política en las instituciones, el Gobierno y el partido, del que dijo que quiere llegar a ser presidente después de pasar por todos los niveles de responsabilidad. «Mi vocación es la política», afirmó, y explicó que ha dedicado a este objetivo más de la mitad de su vida. Prometió ser coherente con este capital político atesorado, con su trayectoria e incluso con sus defectos. «Que nadie espere de mí que renuncie a mis convicciones ni a mi pasado», pidió a sus compañeros, y les explicó que no podría hacerlo. «No me voy a convertir en otra persona», les dijo, y añadió que tampoco podrá ver el mundo de forma distinta. Como hiciera cuando fue designado por Aznar y se sometió a la decisión de la Junta Directiva Nacional para ser candidato a la Presidencia del Gobierno, Rajoy volvió a zanjar cualquier querella con el pasado al proclamar que «no reconozco a nadie como enemigo» y asegurar que no recuerda haber tenido problemas con nadie. Ganar «Quiero ganar las próximas elecciones generales y por eso estoy aquí», proclamó antes de pedir el voto de los compromisorios. «No seáis tibios», les dijo, y reclamó generosidad en las urnas. Su pretensión es que el 15º Congreso lance al PP como un partido «preparado y listo» para gobernar «de forma inmediata». Insinuó que no hará nada que quiebre la trayectoria de la organización ni que suponga una ruptura con la suya propia. Por eso defendió la gestión de los gobiernos del PP en los que participó. «Hemos salido del gobierno con las cuentas cuadradas al céntimo, la cabeza alta y las manos limpias como estas», dijo mientras enseñaban las suyas al plenario. Defendió la política económica, autonómica, social y de lucha contra el terrorismo que aplicó el PP en el poder. «Los ciudadanos saben que si otros flaquean en estas materias, existe una alternativa fiable», presumió. Para recuperar el poder pidió a su partido que se acerque a los ciudadanos, les convenza y resulte un partido fiable. «Tenemos que estar con la gente», les dijo, y les aseguró que los españoles piden a los populares claridad de ideas. «No nos piden genialidades», concluyó, «ni que demos volteretas de titiriteros». «Que nadie espere de mí que renuncie a mis convicciones ni a mi pasado» MARIANO RAJOY Presidente del PP «A España le está saliendo muy cara la aventura de Rodríguez Zapatero» JAVIER ARENAS Presidente del PP-A «Nadie es más que nadie ni menos que nadie por el hecho de pertenecer a una comunidad» JOSEP PIQUÉ Presidente del PP catalán