Iparraguirre podría haber organizado las últimas extorsiones

Soledad Iparraguirre, alias Anboto , podría haber organizado la última remesa de cartas de extorsión que ETA ha remitido a empresarios hace tan solo diez días. Además de ser la presunta responsable de los comandos legales de la banda terrorista, Iparraguirre podría ser la encargada de organizar el cobro del llamado impuesto revolucionario. Esta última remesa no tiene un tono tan amenazador, puesto que se trata del primer avisó a los empresarios, a los que se pide su «colaboración» con ETA y se concluye con «una despedida revolucionaria» y el sello de la banda terrorista. ETA reclamaba en estas cartas, dirigidas a pequeños industriales vascos, cantidades en torno a los 50.000 euros, aunque éstas varías habitualmente en cada remesa. En los sobres que llegaron a los buzones de los empresarios, además de la carta se incluye un pequeño folleto en el que se señala a decenas de empresas vascas de varios sectores que se han negado a pagar el impuesto revolucionario, como advertencia de lo que podría sucederles en caso de impago. En la operación contra ETA desarrollado en suelo francés, las fuerzas de seguridad encontraron una fotocopiadora de tamaño industrial en la que se imprimían los boletines internos de la banda y, presumiblemente, también estas cartas de extorsión.