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El único sospechoso, Pedro Jiménez, de 35 años, salió de la cárcel de Can Brians con un permiso penitenciario

Buscan a un condenado por violación como asesino de las dos policías leonesas

Restos biológicos hallados en el piso y un número de móvil han delatado al autor del doble crimen

León

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En poco más de veinticuatro horas el presunto asesino de las policías leonesas Silvia Nogaledo y Aurora Rodríguez ya está identificado. Todas las pistas apuntan hacia Pedro Jiménez García, de 35 años y condenado por violación, como autor material del doble crimen. Jiménez García, quien presuntamente torturó, asestó numerosas puñaladas y forzó sexualmente a las agentes en el séptimo piso, puerta segunda, del número 48 de la Rambla Marina, en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat, gozaba de un permiso penitenciario. El recluso, que cumple 30 años de condena por dos violaciones -la segunda, en abril de 1992, aprovechando un permiso de salida de seis días de la prisión-, no regresó ayer a la cárcel de Can Brians. Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional encontraron restos biológicos (cabellos) y un número de móvil (el del criminal) apuntado en un papel en la vivienda de las víctimas. Un reguero de pistas que, de momento, no ha permitido detener al principal sospechoso, quien, según fuentes policiales, habría actuado en solitario. Sin embargo, quedan aún muchas «sombras» por esclarecer en este trágico suceso que ha conmocionado a la sociedad leonesa y, en especial, a los vecinos de las localidades de Toral de los Guzmanes y Noceda del Bierzo, de donde eran naturales las dos jóvenes policías, de 23 y 28 años de edad, respectivamente. ¿Conocían las víctimas a su presunto asesino? ¿Cómo, si no, le abrieron la puerta, que no fue forzada? Fuentes próximas al caso no descartan la posibilidad de que el presunto asesino mantuviera algún tipo de relación con una de las víctimas, a la que habría conocido, según algunas hipótesis, en una discoteca. Lo más probable es que Aurora Rodríguez conociera al asesino o bien fuera asaltada por él en la escalera, ya que la cerradura y la puerta del piso no tenían signos de violencia. La agente, destinada en la unidad de Intervención de la comisaría de la Verneda y que el mismo martes cumplió 23 años, tuvo la tarde y la noche del lunes libres, aunque por el momento se desconocen sus movimientos durante esas horas. No está claro si aprovechó que su compañera de piso tenía turno de noche en la comisaría de Castelldefels y subió a la vivienda acompañada de su agresor o si éste logró acompañarla hasta el piso a la fuerza. La segunda jóven asesinada, Silvia Nogaledo, de 28 años, habría llegado al piso poco después de las ocho de la mañana y habría sorprendió al asesino con su compañera, que estaría atada o muerta. El criminal, al verse sorprendido por la segunda mujer, decidió silenciarla para siempre. Aunque el autor del brutal asesinato de las dos agentes trató de eliminar cualquier prueba prendiendo fuego a la vivienda, el humo alertó de inmediato a los vecinos. La rápida intervención de los bomberos permitió a la policía localizar valiosísimos restos en la escena del crimen. Los investigadores cotejaron los restos biológicos con los registros de ADN de delincuentes y compararon el código genético con el de los fichados que se ajustaban a este perfil delictivo. Un hombre muy corpulento El resultado fue la identificación de Pedro Jiménez, vecino de El Prat de Llobregat. La descripción de los vecinos, que vieron a un hombre de aspecto muy corpulento salir corriendo del edificio instantes antes de la llegada de los bomberos, encaja con la del único sospechoso. Los cuerpos de las jóvenes, a los que ya se les ha praticado la autopsia, serán trasladados hoy a Noceda del Bierzo y Toral de los Guzmanes, donde se celebrarán sendos funerales. La policía estrecha cada vez más el círculo sobre el presunto criminal, quien aún no había sido detenido al cierre de esta edición.

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