Moratinos pide al PP que no haga del tema un asunto de política interior

?l ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, trasladó en la mañana de ayer al Gobierno de Cuba su malestar por el incidente, que calificó de «inaceptable»; pero al mismo tiempo, hizo un llamamiento al Partido Popular para que no convierta las relaciones entre España y la Isla en una asunto de «política interior». El jefe de la diplomacia respondía así a las declaraciones del líder de la oposición, Mariano Rajoy, que tras conocer lo sucedido dirigió sus reproches al Ejecutivo. «Toda la Unión Europea está haciendo un esfuerzo de apoyo a los disidentes y de apoyo a la democracia y el Gobierno de España debería trabajar también en esta dirección en lugar de estar con demagogias e ideologías trasnochadas», señaló. El temor de Moratinos es que el episodio de Moragas contribuya a alimentar la polémica que se desató hace unas semanas, cuando el Gobierno dio a conocer su deseo de cambiar la estrategia que hasta ahora se ha seguido desde Europa hacia Cuba. El gabinete de Rodríguez Zapatero sostiene que el respaldo a los disidentes y las nulas relaciones con Fidel Castro ni contribuyen a mejorar la situación de los cubanos, ni ayudan a defender los derechos humanos, ni impulsa la democracia. De ahí que Zaldívar realizara un discurso conciliador en la fiesta que ofreció el martes en la embajada de La Habana, con motivo del día de la Hispanidad. Enfado popular Los populares se han mostrado tremendamente críticos con este giro de la política internacional. A su juicio, es «ilusorio» pensar que, tras 45 años de dictadura, «los gestos y la comprensión del Ejecutivo hacia los excesos del régimen de Castro van a permitir la democratización de Cuba». Por eso, Moratinos insistió ayer en su tesis y reclamó al PP que, lejos de utilizar el incidente como arma de oposición, haga «política de Estado» y se sume a una estrategia que pretende, dijo, «mejorar las relaciones» con el régimen castrista y defender los derechos fundamentales en la isla. Su llamada cayó en saco roto. Eduardo Zaplana exigió una «respuesta clarísima y contundente» que no deje lugar a dudas sobe cuál es la posición de «España y del Gobierno español al lado de la libertad y los derechos humanos».