Diario de León

Los biólogos han inventariado una extraordinaria diversidad ecológica

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Los estudios científicos en el Monte de San Isidro han sido constantes desde hace años. Los alumnos de la facultad de Biología, antes Ciencias Biológicas y Ambientales, de la Universidad de León han empleado horas en elaborar trabajos ecológicos, taxonómicos o faunísticos de esta zona. La mayor parte de los estudios se han realizado sobre la vegetación y los vertebrados. La comunidad científica se ha centrado en el parque y fruto de este trabajo han surgido dos líneas de investigación en el curso de doctorado de Biología Animal y Vegetal, enfocadas a la producción de hongos en parcelas de San Isidro -dirige Arsenio Terrón Alfonso- y en el análisis de la biodiversidad vegetal como base para una valoración naturalística (Raquel Alonso Redondo). El inventario provisional del Monte San Isidro, al que ha tenido acceso este periódico, cataloga más de 70 especies de plantas, siete de insectos, cinco de reptiles, más de 50 aves y una docena de mamíferos. Dos áreas diferentes Los investigadores diferencian dos zonas dentro de San Isidro: el parque y el monte. En el primer caso, la vegetación potencial está alterada por la zona de recreo, de manera que el bosque climático de melojos y quejigos se encuentra en gran parte adehesado. Se destaca en el inventario la presencia de encinas de gran porte y en menor número que los robles. Esta es la vegetación de, al menos, la mitad del parque, concretamente la de la zona que limita con la carretera de acceso. El espacio más interno no ha sufrido tanto la acción antrópica y su flora está formada básicamente por robles y matorral. En el caso del monte, área más homogénea, predominan, además de la famila del roble, varias especies arbóreas como pinos silvestres, chopos o brezos. Desde el punto de vista fitosociológico, la vegetación potencial es un bosque de melojos, que considerando las condiciones climáticas y corológicas, se convertiría en un bosque de roble pirenáico. Los biólogos de la Universidad de León advierten que la lista de especies animales estudiada está muy sesgada porque casi siempre se tiende a estudiar «fauna estrella». Sin embargo, sostienen que abundan numerosos animales menos visibles y quizá menos emblemáticos pero con un gran potencial como bioindicadores del estado de conservación de localidades o de formaciones vegetales.

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