Un centro de internamiento cuesta de 200 a 300 euros al día por cada menor

El nuevo reglamento de la Ley del Menor, aprobado en Consejo de Ministros el pasado 30 de julio, insiste en la preminencia de la educacción sobre la represión en los centros correcccionales de conducta para menores, todos transferidos a las comunidades autónomas. Estas últimas, por su parte, recuerdan que para llevar a cabo tamaño proyecto educativo se necesitan los fondos que no aporta la Administración Central. En León, por ejemplo, hay cuatro centros abiertos o de día, la mitad de la Junta y la otra mitad concertados con instituciones religiosas o privadas, algunos de los cuales tienen más trabajadores que alumnos y en los que a menudo resulta difícil encauzar la convivencia, especialmente cuando los menores son extranjeros y no se autoidenfican (algo cada vez más frecuente, sobre todo entre los de origen magrebí). El único internado propiamente dicho de la Junta es el centro Zambrana, en Valladolid, donde actualmente residen tres chicos leoneses en régimen cerrado. A pesar de lo escaso de su población, el mantenimiento resulta altamente costoso. No hay al respecto datos oficiales, pero tampoco debe diferir en exceso del de centros similares en otras autonomías: 200 euros diarios por cada menor en Galicia, Cantabria o Andalucía, cifra que roza los 250 en Canarias. En Madrid, con 260 plazas para una población millonaria en censo, el coste ronda los 300 euros diarios. En León no faltan los funcionarios judiciales que aseguran que saldría más barato «internar a los menores en el Hostal de San Marcos». Cuidando de que no se lleven la vajilla, eso sí.