La policía busca por toda España al fugado lugarteniente de Achraf

El Consejo de Ministros aprobó ayer pedir la extradición a Suiza de Mohamed Achraf, el líder de la célula islamista desarticulada esta semana y que pretendía atentar contra la Audiencia Nacional. La justicia española, en tiempo récord, reclama su entrega por un delito de pertenencia a banda armada y otro de tentativa de asesinato terrorista. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, subrayó ayer la «máxima celeridad» con que ha actuado el Ministerio de Justicia en este asunto pese a tener un plazo de cuarenta días para formalizar la petición y evitar que Achraf pudiera ser excarcelado, ya que fue detenido el pasado 28 de agosto en Zurich por una simple infracción administrativa. En su escrito remitido a las autoridades helvéticas, el departamento que dirige Juan Fernando López Aguilar acusa a este activista de ser el cabecilla del grupo «Mártires para Marruecos» y de haber reclutado en 2002 en la cárcel de Topas a una docena de acólitos. Lo que no ha logrado aclarar ni Justicia ni Interior es el verdadero nombre del activista ni su nacionalidad. Según los propios documentos del Gobierno, se cree que Achraf nació en 1973 en Gaza, pero no se sabe si es Palestino o Saudí. Mohamed Achraf se opuso este viernes a ser extraditado a España durante una audiencia previa realizada en un tribunal de Berna. La negativa del terrorista a ser entregado cierra la posibilidad a un «extradición simplificada» que hubiera tenido lugar en unas pocas semanas. El interés de la Policía y del juez Baltasar Garzón, instructor del caso, por interrogar a Achraf es creciente, sobre todo porque creen que el cabecilla islamista pudiera saber dónde se encuentra su lugarteniente, el argelino de 27 años Abdelah Hawari. Según desvelaron hoy fuentes de la investigación, este integrista en paradero desconocido, y que cumplía condena por diversos robos con fuerza en Almería, es el número dos del comando terrorista y se trata de un activista «extremadamente peligroso». Preparado para morir En sus cartas a Achraf, Hawari se declaraba listo para la «lucha y la inmolación». Este argelino coincidió en la prisión de Topas -donde estuvo entre agosto de 2001 y el 5 de junio de 2002- con el líder de la célula. Desde allí fue enviado a la cárcel orensana de Pereiro de Aguilar, aunque la Policía tiene constancia de que siguió en contacto por correspondencia con Achraf para mantener vivo el proyecto de atentar en Madrid. El 6 de febrero de 2003 logró fugarse aprovechando una salida de la cárcel para una revisión traumatológica del menisco en el complejo hospitalario de Cristal-Piñor de Orense. Desde entonces, las fuerzas de Seguridad le buscan sin descanso. Esta misma semana, Interior ha ordenado dar «prioridad máxima» a la captura de este individuo.