Diario de León

De testigo a protagonista

Los asturianos celebran con entusiasmo que doña Letizia presida por primera vez la entrega de los Premios junto al Príncipe. El año pasado estaba al otro lado de la barrera

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Pablo González - enviado especial a oviedo
León

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La Princesa Letizia se transforma cuando sus pies pisan tierra asturiana. Hay un halo de felicidad permanente, un deseo de proximidad, una necesidad de identificarse con los suyos. En una de las audiencias que ofrecieron los Príncipes en Oviedo, fue don Felipe quien verbalizó este cambio, en una de esas leves rupturas del protocolo en las que su padre, don Juan Carlos, es un verdadero especialista. «Cuando llegas aquí te transformas, no hablas como en Madrid», dijo, en referencia a los giros en asturiano que dedicó la Princesa a los presentes. Entre las risas de los asistentes, doña Letizia respondió: «Es lógico que se me peque el acento, soy de aquí». Los asturianos también comparten este entusiasmo y agradecen la proximidad. Las gentes se agolpan frente a las vallas esperando a sus Príncipes, lanzándoles todo tipo de piropos. En Asturias, un país afín a los símbolos y a los sentimientos, el vuelco en la vida de la Princesa periodista cobra un sentido especial. El año pasado, Letizia formaba parte del equipo de profesionales de TVE que cubría el acto de entrega de los Premios. Unas imágenes en las que don Felipe saludaba a la futura Princesa y a sus compañeros dieron la vuelta al mundo cuando la noticia del compromiso fue oficial. Durante la ceremonia, nadie podía aventurar que las son-risas que se intercambiaron en el saludo eran el reflejo de una complicidad secreta. Ayer, Letizia se coló al otro lado. Los asturianos vieron a su Princesa en la mesa presidencial, protagonizando un acto del que el año pasado era tan sólo testigo. La mirada cómplice Los Príncipes de Asturias volvieron a escuchar ayer la Marcha de Mayo, el sonido telúrico de las gaitas que les acompañó en su boda. Su compositor, José Manuel Fernández Guti, desveló que fue aquel fugaz encuentro televisivo el que le inspiró la melodía. «En esas imágenes los Príncipes se intercambiaban una mirada cómplice y quise reflejarla con las notas con las que comienza la marcha. Ese fa, do, fa, la». En el patio del hotel Reconquista retumbaron las gaitas y las emociones. Y don Felipe adoptó por un momento porte de gaitero cuando se puso al hombro la gaita que le regaló la banda Ciudad de Oviedo. Prometió que iba a aprender a tocarla. Conferencia El jueves, los Príncipes rompieron las previsiones del estricto protocolo y asistieron por sorpresa a la conferencia que el periodista francés Jean Daniel, en la Junta General del Principado. Allí, el director del Le Nouvel Observateur reflexionó sobre el papel de los medios y Letizia no pudo sustraerse a la tentación de tomar notas, como si su vocación periodística se resistiera a desaparecer entre las paredes de los palacios. Los asturianos son ceremo-niosos, pero resisten mal los impulsos. En una audiencia a los alcaldes, el alcalde de Aller, Gabriel Pérez Villalta, fue un ejemplo de libro. «Si me permite, Alteza, creo que debería comer más», le dijo a la Princesa. Don Felipe zanjó la polémica sobre la delgadez de la Princesa que tanto preocupa a los asturianos. «Es que lo quema todo», dijo.

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