La mitad de los monumentos leoneses corren el riesgo de ruina a corto plazo

Casi la mitad de los edificios históricos declarados en León como bienes de interés cultural carecen de todo tipo de uso y su abandono podría provocar, a su vez, una declaración de ruina a corto o medio plazo, según la Junta. La falta de recursos públicos y privados para mantener o restaurar un católogo de 206 monumentos hace que sólo una tercera parte de los mismos se conserve en estado «óptimo» o «bueno», entendiendo por ambos calificativos que pueden ser todavía habitables o utilizables para los fines con que fueron construídos, ya sea total o parcialmente. Entre ellos se encuentra la propia Catedral de León o la Basílica de San Isidoro, así como algunos castillos, como los de Villafranca del Bierzo. Otro 50% de monumentos no están todavía arruinados, pero sí fuera de uso, y su recuperación requeriría ingentes inversiones, además de un proyecto de futuro para su reconversión en hoteles, museos comarcales o, simplemente, mantener su condición de residencias privadas. En esta situación se encuentran, por ejemplo, iglesias emblemáticas como La Peregrina de Sahagún, que ya sólo puede visitarse parcialmente por razones de seguridad para los propios curiosos que acuden a la zona. Sólo ruinas Por último, según la arquitecta de la Delegación Territorial de la Junta, Amelia Viaín, una sexta parte del patrimonio histórico leonés es ya practicamente irrecuperable, salvo en lo que se refiere a «convervación de ruinas para que no se deterioren aún más» y queden como elementos testigo de la historia de la provincia. Es el caso, también por ejemplo, de los monasterios de San Pedro de Eslonza o de San Juan de Montealegre, junto con la mayoría de castillos, torres y demás vestigios de la arquitectura militar medieval, como el de Cornatel, en el Bierzo, cuya restauración se limita a mantener en pie las pocas piedras y muros que sobreviven a la ruina «porque nada más se puede hacer ya». Entre los edificios y bienes censados en León como de interés cultural figuran 75 templos, iglesias, ermitas, monasterios o similares, una decena de murallas de origen romano o también medieval, incluídas las de León capital y Astorga, calzadas romanas que ya nadie recorre y que parcialmente o en su totalidad han sido ya cubiertas por el asfalto de sucesivos ministerios de obras públicas, parajes como Las Médulas o el entorno de las pallozas de Los Ancares, pueblos enteros como Peñalba de Santiago o docenas de castillos que hoy ya sólo sirven para ilustrar escudo de una carta oficial emitida por la alcaldía de un ayuntamiento rural. La mayor parte de estos bienes recibieron la declaración «de interés cultural» a partir de los años setenta, aunque un diez 10% de ellos, incluídas no pocas iglesias, se remontan a la Segunda República en 1931, que hizo un gran esfuerzo para conservarlas. No menos paradójica resulta la declaración como «monumentos» de dos locomotoras de ferrocarril: la «Mikado» y la «EnglishElectric 7766», ambas aún en uso para excursiones turísticas.