Yaser Arafat se encuentra en estado de muerte cerebral en el hospital de París

Oficialmente, Yaser Arafat estaba vivo a última hora de la tarde de ayer, aunque su estado había empeorado. Casi al mismo tiempo, fuentes médicas francesas admitían su muerte cerebral, en el nivel 4 del estado de coma, el más profundo, que tiene ya carácter irreversible, aunque puede ser mantenido así días. Serían dos verdades a medias que permitirían ganar el tiempo necesario para negociar la repatriación del líder palestino. El portavoz del hospital militar de Percy negaba en un escueto comunicado la muerte del presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Fue su esposa Suha quien exigió un parte médico respetuoso con la discreción, y el resultado abre aún más incógnitas sobre el verdadero estado del paciente y el misterioso mal que le aqueja: su situación clínica se ha vuelto «más compleja» y su estado «exige tratamientos apropiados que han hecho necesario desde el miércoles su traslado a un servicio adaptado a su patología». Sus familiares, alojados en un hotel de París, negaban taxativamente por la noche que hubiera entrado en coma irreversible. Sin diagnóstico Arafat ingresó enfermo hace siete días en el servicio de hematología de este hospital próximo a París, donde la leucemia ha sido ya descartada. Sí se habría detectado una anomalía sanguínea que no ha sido oficialmente diagnosticada. Dolores de estómago, vómitos y diarreas completaban los síntomas que apuntan dos posibles causas: el cáncer o el envenenamiento. Uno de sus colaboradores aseguró que ayer se le habían practicado nuevas pruebas, entre ellas una endoscopia y un encefalograma, que no habían arrojado luz sobre la enfermedad. «Los médicos no saben aún lo que tiene -añadía- y las sospechas de envenenamiento aumentan porque todos los exámenes muestran que no padece de nada pero su estado no mejora». El presidente francés, Jacques Chirac, lo visitó a las tres de la tarde y, según el comunicado del Elíseo, transmitió a su esposa sus mejores deseos de recuperación. Permaneció 45 minutos en el hospital, donde también se entrevistó con el equipo médico que le atiende y con representantes de la Autoridad Palestina que le velan. Ni una sola alusión por parte gala a un posible intercambio de palabras o de miradas tal y como llegó a informar uno de los colaboradores de Arafat, que adornaba incluso el encuentro con una sonrisa y un apretón de manos del enfermo. Según fuentes de los servicios de seguridad palestinos, anoche se realizaban gestiones para trasladarlo a los territorios palestinos para morir, y cumplir su última voluntad. Unos 40 partidarios del líder palestino se encontraban congregados anoche ante el hospital militar de Perc. En un ambiente de espera y de recogimiento, los palestinos han instalado ante el centro médico banderas palestinas, velas y retratos del presidente de la Autoridad Nacional Palestina. «Traigo en una mano la rama verde del olivo y en la otra un fusil, no permitáis que deje caer el olivo» YASER ARAFAT, ante la Asamblea de la ONU en 1974