Llanos de Alba y La Robla exigen a Patrimonio que musealice el Castillo de Alba
Las excavaciones del cerro del Castillo, pagadas por la cementera, han costado hasta ahora más de 60.000 euros
El baluarte de la fortificación de Alba está en la zona más elevada del cerro del castillo. Mide 70 metros y es de planta rectangular de mampostería de piedra caliza cogida con mortero de cal adaptada a las rocas en las que se apoya. Los agujeros que se abren sobre los mampuestos eran mechinales para sujetar andamios. El estudio de impacto ambiental para la ampliación de la cantera El Calero, de la empresa cementera Tudela Veguín fue el detonante de los sondeos arqueológicos en el cerro El Castillo -topónimo con el que los vecinos de Llanos de Alba conocen el lugar desde tiempo inmemorial- y de las tres excavaciones arqueológicas realizadas durante los últimos veranos. De esto hace tres años. La empresa ha dedicado del orden de 60.000 euros a la «conservación intelectual» de un Bien de Interés Cultural (BIC) -todos los castillos lo son por un decreto franquista de 1949- que tiene que sacrificarse por un bien superior:los 180 puestos de trabajo de la cementera y la supervivencia de la industria, en proceso de modernización, durante los próximos 40 años. Mientras tanto, la Junta de Castilla y León se ha limitado a recibir los resultados de las excavaciones -ya son tres las empresas de arqueología que excavan el crestón- y a ofrecerse a musealizar los restos conjuntamente con la empesa (José Manuel Frade, procurador del PP en declaraciones a Diario de León el 18 de mayo), a pesar de que en las Cortes fue rechazada una propuesta en este sentido del grupo socialista. El PSOE insiste ahora en que «si es imposible conservar los restos in situ hay que hacer un aula arqueológica en algún lugar decidido por la junta vecinal de Llanos de Alba y el Ayuntamiento de La Robla». El procurador por León Ignacio Robles precisa que «a la vista de los resultados definitivos de la excavación arqueológica, Patrimonio tendrá que valorar el futuro de los restos de Alba», con independencia de la conservación intelectual del patrimonio que supone la investigación. Además de crear puestos de trabajo, subraya, el centro cultural «permitirá que los colegios puedan conocer lo que supuso esta fase de la Reconquista y la formación del reino de León». También ven viable un apartado dedicado a la actividad del cemento, que tiene una tradición de medio siglo en La Robla y su mantenimiento, como una riqueza importante para la provincia. Lo que no ha hecho todavía la Junta es rectificar la carta arqueológica, que identifica erróneamente el castillo de Alba en otro paraje desde los años 80. La delegación territorial de León llegó a negar que los restos excavados correspondan al castillo de Alba, amparándose en los datos de la carta arqueológica. Respecto a la última excavación se ha limitado a decir, en al menos dos ocasiones, que se «trata de una excavación privada» como, por otro lado, sucede con la mayoría de las prospecciones arqueológicas que se realizan en la provincia. Las empresas, constructoras, restauradoras o promotoras, son las que costean los trabajos arqueológicos, lo que pone en entredicho la independencia de los estudios. En la comunidad gallega, los constructores han ganado un pleito por el que exigen que la Xunta de Galicia financie las excavaciones que se ven obligados a realizar para investigar y, en su caso, preservar el patrimonio.