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Los dos mandatarios abordarán cuestiones como los fondos europeos, en las que mantienen posturas divergentes

León espera de Zapatero un pacto con Schröder para salvar el sector azucarero

El presidente del Ejecutivo prometió abordar el tema en la cumbre de hoy en San Marcos Perfiles:

León

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En la cumbre hispano-alemana, que comienza al filo del mediodía en San Marcos, León se juega el futuro del campo. La reforma del sector remolachero diseñada por el comisario Franz Fischler supondrá, en la práctica, la desaparición de este cultivo, el más rentable de la provincia. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prometió en León, durante el Consejo de Ministros celebrado el 23 de julio, abordar la cuestión en el encuentro que mantendrá hoy con el canciller Gerhard Schröder. Más de 2.300 familias leonesas viven de la remolacha. La rebaja de la cuota de producción en un 16,5%, como prevé el comisario europeo, se traducirá en unas péridas de 4,7 millones de euros en León, al dejar de cosechar 95.000 toneladas de las 575.000 que produce anualmente la provincia. La cumbre, que dará un giro a las relaciones entre España y Alemania, dada la sintonía entre Zapatero y Schröder, podría propiciar un acuerdo en el sector remolachero, aunque ambos países mantienen tesis diferentes. Pese a la armonía entre ambos dirigentes, Zapatero y Schröder tendrán que abordar otro de los asuntos en que disienten: las cuentas de la Unión Europea para el perído 2007-2013. España, uno de los países que más fondos recibe de la UE, quiere que el presupuesto se mantenga en el 1,24 por ciento del PIB de los Veinticinco, al tiempo que busca fórmulas para no perder drásticamente, las ayudas regionales y las del Fondo de Cohesión, al que España en principio no podrá optar por superar su renta el 90 por ciento de la media europea. El Gobierno alemán está en el extremo contrario, ya que es el principal contribuyente neto a las arcas comunitarias y hace casi un año que pidió por escrito, junto a Francia, Reino Unido, Países Bajos, Austria y Suecia, que los gastos se limiten al 1 por ciento del PIB de la Unión.

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