León, en el eje Madrid-Berlín
Desde las preguntas de los medios nacionales sobre la inexistencia del alcalde de León hasta las castañas del menú leonés, cada dato aportó una nota de color en corto
Entre ir y venir de saludos y risas, de abrazos para la foto y acuerdos para el futuro, la cumbre hispano-alemana quedó salpicada por el objetivo corto de un pequeño grupo de anécdotas que rompieron con el estricto protocolo. Alguno preguntó por el alcalde, otros por el PP... Y cada cual por lo suyo. El menú... leonés Los integrantes de las dos delegaciones pudieron degustar un menú íntegramente leonés preparado por el chef del Hostal San Marcos. Sopa blanca de cocido maragato, corderito lechal asado al estilo tradicional, puding de castañas del Bierzo con salsa de melocotón caliente y helado de chocolate conformó la carta innovadora presentada a los comensales. Para acompañar estas viandas vino blanco Denominación de Origen del Bierzo y vino tinto Tierras de León. La degustación de productos leoneses había comenzado el día anterior con un recorrido, de buena parte de la delegación, por el Barrio Húmedo. Las tapas, imprescindibles. El uniforme de trabajo La uniformidad es clave para no llamar la atención y así todos los miembros de las delegaciones hispana y alemana optaron por el traje oscuro. Gris con corbata granate con sutiles cuadros de colores para Zapatero y a rayas berenjena y azul para Schröder, zapato de cordón negro para todos. La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, puso con traje de chaqueta y falda rojo la única nota de color. Sus compañeras germanas optaron por traje de pantalón, negro para la ministra de Justicia (con zapato plano de cordón) y gris oscuro para la titular de Agricultura. La diferencia: las carteras ministeriales. El flexible maletín de los ministros españoles contrastaba curiosamente con los maletones de sus homólogos alemanes. Una pesada, aparentemente, maleta cuadrada Sansonite que iban desplazando con dificultad. 2.000 curiosos Alrededor de dos mil personas se acercaron hasta la explanada de San Marcos para contemplar la parada militar. Los curiosos, personas mayores, acudieron al acto antes del inicio previsto de la ceremonia y no despejaron completamente la zona hasta tres horas más tarde, tras la foto de familia. Saludo del ministro El ministro José Antonio Alonso, que había pernoctado ya en la ciudad, fue el primero en presentarse a los periodistas. Desde el balcón de una de las habitaciones del Parador se asomó para ver la explanada anterior, acompañado por la titular de Agricultura, Elena Espinosa. Legión de intérpretes Más de veinte intérpretes y traductores acompañaban a los dirigentes políticos en cada uno de sus pasos. Junto a ellos, un nada discreto retén de seguridad con los distintivos de ambos países. El alcalde inexistente La situación del Ayuntamiento de León llegó a los oídos de los periodistas desplazados de Madrid, aunque la rumorología les jugó una mala pasada y llegaron a creer que en León no había alcalde. La directora general de Comunicación, la leonesa Ángelica Rubio, tuvo que explicarse que el PSOE gobierna León en coalición con UPL, un partido-partido y que el PP intenta arrebatarles el gobierno. Nadie del PP La falta de representantes del PP llamó poderosamente la atención. Nadie de este partido, ni de las instituciones por él gobernadas, acudió a la recepción oficial ante el Parador. Sí en el aeropuerto donde estuvo presente la vicepresidenta María Jesús Ruiz. Sala de prensa La sala de prensa de la cumbre hispano-alemana se ubicó en el Auditorio Ciudad de León, a sólo unos metros de la sede de los encuentros del más alto nivel. Más de medio centenar de puestos para prensa, radio y televisión en la planta alta y una gran sala para la rueda de prensa con pupitres escolares. 300 acreditaciones Los responsables de protocolo de Moncloa confirmaron que había acreditadas más de trescientas personas con acceso a las zonas de trabajo ubicadas en el Auditorio. De ellos, más de un centenar periodistas españoles. Junto a ellos, representantes de una veintena de periódicos, radios y televisiones alemanas. En total, 18 cámaras de televisión. Presencia militar Más de 150 soldados, entre ellos apenas una decena de mujeres, fueron los encargados de la ceremonia militar. Zapatero y Schröder pasaron revista a una tropa formada únicamente por soldados del Regimiento de Artillería número 63 con sede en la Base Conde Gazola de Ferral del Bernesga. «La Junta ha secuestrado a mis hijos» El único momento de tensión en la tranquila ceremonia protocolaria lo puso, a gritos, una mujer asegurando que la Junta de Castilla y León mantenía secuestrados a sus hijos desde hace tres meses en un centro de acogida. La joven, sentada sobre una bicicleta junto al cordón de seguridad, gritó varias veces esa frase, los nombres de sus tres hijos, de tres años y seis meses que están bajo tutela de la administración autonómica, y consignas políticas en castellano y euskera Una decena de policías trataron de callarla, pidiéndole la documentación pero ella se negó a ser identificada sin tener antes el número de placa de los agentes. La protesta personal a punto estuvo de convertirse en un altercado ya que varias mujeres que se encontraban allí la increparon. «Vaya a pedir cuentas a la Junta; esto es el Gobierno y nada tiene que ver», gritó airada una mujer. El incidente tuvo lugar cuando ya los líderes de ambas delegaciones habían vuelto al Parador para la comida de trabajo, eran ya más de las dos de la tarde. «No impone su ego a toda costa» Zapatero gusta a los alemanes. O, al menos, a los periodistas que valoran especialmente el lugar del encuentro político. La crónica publicada ayer por el rotativo Süddeutsche Zeiting lo pone en palabras. «Cuando José Luis Rodríguez Zapatero invita a alguien a León, entonces le debe caer bien, pues la ciudad del noroeste de España es su patria chica. Allí comenzó en su día el ascenso del socialista», escribe Peter Burghardt que habla también del «amor a primera vista» entre ambos líderes europeos. El canciller alemán se entiende mejor, explica el diario alemán, con el «simpático Zapatero» que con su «adusto antecesor José María Aznar». Para el rotativo, Zapatero hace de impulsor de la Unión sin dejar de defender los intereses nacionales, «pero no impone su ego a toda costa». La estupenda amistad entre los dos líderes es la clave, según los alemanes para que Zapatero opte por traerle a su tierra chica. Der Spiegel recalca que en León, en su patria chica, el presidente español recorrerá «con el canciller sus bares preferidos y le servirá una especialidad para acompañar la cerveza de barril, jamón de pata negra». Zapatero es el amigo para Handelsblatt quien titula así su editorial con motivo del encuentro bilateral. El periódico pone el énfasis en las buenas relaciones del líder español y su homólogo germano. León die stadt El Auditorio de León preparó para las personas acreditadas en la cumbre unas carpetas con información sobre la ciudad, una revista de León y un ejemplar del libro León Die Stadt, información turística de la ciudad publicada por el Ayuntamiento en alemán.Un texto del fallecido cronista de la ciudad, Luis Pastrana, con fotos de, entre otros, Norberto, fotógrafo de Diario de León. Carreras de los periodistas Los cámaras y reporteros gráficos españoles y alemanes demostraron ayer que para ser periodista hay que estar en forma. Tuvieron que dar varias carreras con los trípodes al hombro para poder seguir en primera fila los pasos de Zapatero y Schröeder. Los redactores estuvieron en tercera fila.