El ministro de Justicia afirma que el condenado tiene que arrepentirse para lograr el perdón
El Gobierno socialista no tiene «ninguna intención» de indultar a Vera
El ex secretario de Estado acusa a López Aguilar de tomar de antemano la decisión del Ejecutivo «Que
El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, advirtió ayer que el Gobierno no tiene «ninguna intención» de indultar al ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, quien se lamentó de que esta decisión se haya tomado «de antemano» y sin esperar a que los tribunales se pronuncien sobre su ingreso en prisión. López Aguilar hizo estas declaraciones de madrugada en el programa 59 segundos de TVE-1, donde manifestó que la «malversación y enriquecimiento ilícito en el ejercicio de cargo público», por lo que está condenado Vera, es un delito que «no tiene la simpatía del Gobierno y por tanto no existe ninguna intención ni pronóstico favorable de concesión de ese indulto». Aunque estos comentarios fueron matizados por otro miembro del Ejecutivo (el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, aclaró que el Gobierno está analizando si la petición de indulto para Vera cumple los requisitos para conceder esa medida de gracia), el ex secretario de Estado se quejó de que la decisión se «haya adelantado» a una resolución «que aún no han tomado» los tribunales. El caso, en la Audiencia Precisamente, la Audiencia Provincial de Madrid deberá decidir en los próximos días si inicia los trámites para que Vera ingrese en prisión por el caso de los fondos reservados, después de que el Tribunal Supremo le remitiera ayer la causa. El antiguo responsable de la Seguridad del Estado declaró que lamenta que esas palabras hayan salido de la boca de «un ministro socialista» y añadió que «él sabrá por qué lo dice». Rafael Vera también se refirió a la carta que dirigió a finales de octubre al diario El País , en la que aseguraba que esperaba la ejecución de la sentencia para «tomar una última decisión en este largo y agotador proceso político-jurídico». Vera insistió en que esa «última decisión», que calificaba en la misiva de posible «error», es de carácter «totalmente personal» y no implicará «tirar de la manta» ni «presionar» a otras personas.