La petición de indulto para Rafael Vera divide en dos frentes a los socialistas

Aunque públicamente los altos cargos del PSOE intentan minimizar el conflicto (ayer los ministros Montilla y Jordi Sevilla recordaron que el Gobierno tendrá una opinión colegiada cuando llegue el momento y restaron importancia a los exabruptos de Rodríguez Ibarra invitando al titular de Justicia a meterse el indulto por donde le cupiera), lo cierto es que la petición de la medida de gracia para el ex secretario de Seguridad Rafael Vera ha dividido en dos al PSOE. Intentando no abrir una brecha mayor pero dejando clara su postura, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, reiteró ayer que no se arrepentía de sus palabras sobre una posible negativa al indulto y anunció que el procedimiento se ha puesto en marcha «sin discriminación ni privilegio». Eso sí, en ningún caso quiso entrar en guerra dialéctica con el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y se limitó a mostrarle su respeto por ser «un compañero». Mientras, varios de los promotores de la recogida de adhesiones a la petición de indulto para Rafael Vera, continuaron ayer su trabajo. El diputado socialista autonó-mico José Cepeda, que impulsa la recogida de apoyos en la Asamblea de Madrid, aseguró contar con el respaldo al indulto de más del 50% del grupo parlamentario y en el grupo municipal socialista madrileño la previsión es igualar en porcentaje del Parlamento regional. El partido está dividido por la mitad y todos intentan evitar que se hable de crisis citando a Zapatero, que calificó de «legítima» la solicitud de indulto y dijo que el caso se trataría «como uno más». Por su parte, Alfonso Guerra criticó ayer las palabras de López Aguirlar y aseguró que el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, «lleva razón» cuando defiende que el indulto «no hace falta» porque la propia sentencia «injusta» que condenó a Vera «reconoce que no hay pruebas para condenar».