Diario de León

Una huella vincula a la red desarticulada por Garzón con el 11-M

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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Las sospechas se convierten en pruebas. La Comisaría General de Policía Científica ha conseguido la primera evidencia física de la relación directa entre las células integristas desarticuladas por el juez Baltasar Garzón durante las últimas semanas y los autores de la masacre del 11-M. Los expertos han encontrado la huella digital de uno de los islamistas detenidos la pasada semana en Valencia entre las 1.334 improntas que los analistas recuperaron entre objetos y enseres del piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, la vivienda en la que el 3 de abril se suicidaron siete de los autores materiales de los atentados, entre ellos el emir y cerebro de los ataques de Madrid, el argelino Alekema Lamari. La huella, según desvelaron fuentes de la investigación, apareció en una página de un libro religioso y corresponde al argelino Djamel Sediki, capturado el pasado 3 de noviembre en Gandía en la segunda fase de la Operación Nova II, encaminada a desarticular la célula de relevo del grupo que dirigía Mohamed Achraf y que pretendía volar la Audiencia Nacional. Los expertos de la Policía recordaron que esta impronta, sin embargo, no demuestra que Sediki estuviera en la casa de Leganés, ya que el volumen pudo ser llevado a la vivienda por otra persona. No obstante, la figura de Sediki, al que hasta ahora se consideraba un mero integrante de ese grupo de apoyo que tras el ataque contra la Audiencia iba a embarcarse en un nuevo atentado contra el Estadio Santiago Bernabéu, ha comenzado a tomar relevancia en las últimos días. La razón es que los servicios de Información han comprobado que el argelino fue uno de los activistas que entre junio y septiembre de 2003 escondieron en Levante a Lamari. Seguimientos fallidos Los mandos de la investigación sostienen que Djamel Sediki y otro de los detenidos en la Operación Nova II, Hocine Kelache, lograron que el futuro jefe del 11-M consiguiera zafarse durante unos meses de la intensa vigilancia a la que estaba siendo sometido en Lavapiés (Madrid) y Tudela (Navarra) por parte de la Policía y el Centro Nacional de Inteligencia. Sediki, además, está también relacionado con los cuatro activistas argelinos detenidos en la capital valenciana y en la localidad de Tabernes de Valldigna (Valencia) el 28 de octubre.

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