La explosión de dos artefactos en un refugio del Ejército en el Pirineo navarro apunta a ETA

El refugio militar que el Ejército de Tierra posee en Belagoa, en pleno Pirineo navarro, fue el objetivo de un atentado mediante la colocación de dos explosivos que estallaron a las 7.50 horas de ayer. La doble deflagración no provocó daños personales entre el cabo y los tres soldados que custodiaban la instalación, pero los daños materiales fueron importantes según evaluó la Delegación del Gobierno en Navarra. Al parecer, la carga, compuesta por unos tres kilos de explosivo aún sin determinar, estaba repartida entre dos mochilas. Los artefactos se encontraban en la parte trasera de esta instalación militar conocida como el cuartel de Yeguaceros. Uno de los artefactos se encontraba debajo de un depósito de gas en desuso y el otro, a unos 20 metros, en las inmediaciones de una puerta de entrada a las dependencias. Según el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa, las explosiones provocaron «importantes destrozos en los techos y puertas de las cocinas» aunque se congratuló de que no hubiera que lamentar daños personales. Los terroristas cortaron con una cizalla la valla perimetral que protege el recinto. La nieve caída en los días pasados reflejaba las huellas de los intrusos. Estas pistas, así como la composición del material explosivo, fueron investigadas por miembros del equipo Gedex, para la desactivación de explosivos, y de la Policía Judicial de la Guardia Civil. También se trasladaron hasta el lugar miembros del Grupo de Rescate en Montaña de la Guardia Civil con base en Roncal, una localidad cercana a los hechos, así como efectivos de Isaba, otro de los pueblos que se encuentran al los pies del Pirineo navarro. La autoría Vicente Ripa se mostró cauto antes de atribuir la autoría del atentado a la banda terrorista ETA, pero desveló que en las inmediaciones del refugio se hallaron sobre la nieve algunos panfletos en los que se podía ver el anagrama de esa organización. Ripa también recordó que estas instalaciones presentan una baja utilización. Están ubicadas a unos 1.600 metros de altitud, en una zona montañosa y junto a una carretera que pocos kilómetros más adelante se encuentra hoy cerrada al tráfico debido a la nieve y el hielo, muy cerca de la frontera con Francia.