El Hospital de León generó el pasado año más de 800 toneladas de residuos

El Hospital de León produjo el pasado año más de 800 toneladas de residuos, una tercera parte de los cuales son productos potencialmente contaminantes que requieren un tratamiento especial para su almacenaje, tratamiento y eliminación. Esta cifra supone que cada ingreso en el Hospital genere más de tres kilos de basura, una cifra que prácticamente duplica lo que genera un leonés en su casa. La gestión y retirada de los residuos en el centro sanitario ha de hacerse de acuerdo a una estricta normativa, dictada en 1996, que marca incluso cómo retirar cada tipo de desecho del Hospital. El objetivo del Decreto 204/1994, desarrollado dos años más tarde en Orden publicada por la Consejería de Medio Ambiente, ordena puntualmente la manipulación, clasificación, recogida, almacenamiento, transporte, tratamiento y eliminación de los residuos sanitarios para garantizar la protección de la salud pública, el medio ambiente y la preservación de los recursos naturales. Los residuos asimilables a urbanos, más de medio millar de toneladas el pasado año, son remitidos a contenedores normales que serán retirados con la basura al Centro de Tratamiento de Residuos provincial. En la gestión de estos desperdicios se sigue la normativa municipal. El pasado año, según los datos facilitados por el subdirector de gestión y servicios generales del centro hospitalario, el Hospital de León produjo 127.000 kilos de residuos orgánicos, restos de comida y dietas ofrecidas a los pacientes ingresados y en las cocinas de las cafeterías. El directivo sanitario explica que se intenta ajustar la producción de comida al máximo para que el vertido sea cada vez menor, pero las dietas están marcadas por los nutricionistas del centro que disponen tanto la cantidad como la composición de las comidas. 328 toneladas de basuras Por el compactador del centro, ubicado en la zona de almacenaje de basuras aneja al edificio San Antonio Abad, pasaron a lo largo de los doce meses del pasado año 328.000 kilos de basura, residuos que van a parar a contenedores normales con un volumen de entre 8 y 10 metros cúbicos que posteriormente son añadidos a los residuos urbanos recogidos en León capital. El responsable de gestión del centro, Jesús Fernández, reconoce que se genera mucha basura pero es que a los más de ochocientos pacientes que cada día están ingresados en el centro se suman los más de mil quinientos trabajadores y casi tres mil visitantes que a lo largo de cada jornada se acercan al centro para realizar visitas a los enfermos o a la zona de consultas externas. Este número de personas hace que sea necesario recoger el material acumulado en las plantas varias veces al día, un número determinado en función de las características de cada unidad. Tres recogidas La recogida de las basuras asimilables a urbanas, basuras domésticas, se efectúa cada día a las ocho de la mañana coincidiendo con la limpieza de las plantas. La basura se distribuye en bolsas verdes (residuos sanitarios que no requieren tratamiento especial), bolsas negras (residuos normales) o contenedores específicos que se acumulan en el cuartos sucio ubicado en cada planta. La recogida lleva una media de tres horas de trabajo a los empleados de la empresa Clece, adjudicataria del servicio de limpieza. Posteriormente, a las 15.30 horas se realiza una nueva recogida que, en esta ocasión, conlleva el traslado de las basuras desde los cuartos de sucio hacia el compactador, ubicado en la zona aneja al edificio San Antonio Abad. Zonas especiales En las zonas especiales, como quirófanos y laboratorios se realiza una limpieza especial. Este tipo de asepsia es el aplicable asimismo a las plantas que, por sus características, generan residuos potencialmente tóxicos. No obstante, la recogida de basuras es continua ya que el servicio de limpieza está atento a la llamada procedente de cualquier planta para garantizar la asepsia en todas las zonas. Las basuras especiales se almacenan en contenedores estancos con capacidades de 1 a 60 litros. El centro usó el pasado año casi 50.000 bidones en un contenido cercano a los dos millones de litros. Para los más peligrosos, clasificados en el grupo IV, se usaron 4.566 mitades con una cabida de 158.000 litros; más de 1.600.000 litros de producto se tiraron 39.735 bidones con residuos del grupo III.