Interior asegura que los arrestados eran los «ojos y oídos» de la banda terrorista
Detienen en el País Vasco y Navarra a 17 supuestos «chivatos» de ETA
Uno de los activistas pudo aportar datos para asesinar al concejal de Leiza en el 2001
La policía nacional golpeó este martes el aparato de información de ETA con una redada desarrollada en las tres provincias vascas y Navarra que se saldó con 17 detenidos. La operación, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, es fruto de la información en clave incautada al ex jefe de los comandos operativos de la banda terrorista Ibón Fernández de Iradi, Susper , detenido por segunda vez en Francia en diciembre del 2003. El operativo se desató poco después de la medianoche, cuando 150 agentes de la Comisaría General de Información y de las Unidades de Intervención (UIP, antidisturbios) irrumpieron de manera simultánea en 18 domicilios de diferentes municipios de las dos comunidades autónomas. La redada duró poco más de dos horas. Para las 03.00 horas, los policías ya habían capturado a los 17 sospechosos que buscaban: siete en Guipúzcoa, tres en Vizcaya, dos en Álava y cinco en Navarra. Con las primeras horas del día, los arrestados fueron trasladados a la sede de la Comisaría General de Información en el complejo policial de Canillas, en Madrid, para su interrogatorio. En Guipúzcoa fueron detenidos Ibon Urrestarazu y Alaitz Iturrioz en Ordizia; Margarita Eizaguirre en Zestona; Aritz Romanelli y Aitziber Igoa en Zumaia; y Francisco Agustín y Amaya Mundiñano en Antzuola. En Vizcaya, Maider Viso y Rubén Nieto en Bilbao, y Jon Duque en Portugalete. En Vitoria fueron arrestados Gustavo Fernández y Koldo Lekuona. Y en la capital navarra fueron capturados Lorea Azpilikueta, Igor Astibia, Gorka Jaunarena, Izaskun Villanueva e Iván Medina. Durante la mañana, los agentes -con la autorización de Garzón y tras tomarle declaración- dejaron en libertad a Romanelli, habida cuenta de su grave estado de salud. Información La policía nacional acusa a todos los detenidos de ser parte del «núcleo» del aparato de información que nutre a los pistoleros de datos sobre posibles objetivos de futuros atentados. En palabras del ministro del Interior, los detenidos eran los «ojos y los oídos» de la organización terrorista, aunque los investigadores sostienen que buena parte de los arrestados no sólo se dedicaba a dar chivatazos a los activistas. Mandos de la lucha antiterrorista explicaron que algunos de los sospechosos también realizaban para la banda tareas de «apoyo e infraestructura». Aunque los expertos de la Policía Nacional consideran que no todos los detenidos habrían comenzado a entregar informes a ETA sobre posibles objetivos, los agentes creen que al menos uno de los arrestados, Igor Astibia Telletxea, de 29 años, facilitó información para un atentado, el perpetrado contra José Javier Múgica, concejal de Unión del Pueblo Navarro (UPN) asesinado en la localidad de Leiza el 14 de julio del 2001 al explotar una bomba lapa adosada a su vehículo. Astibia, explicaron fuentes de la investigación, es hijo de un primo del edil asesinado y conocía el domicilio y las costumbres de su familiar. Pese a que el ministro del Interior destacó que el golpe policial tiene una «importancia objetivamente alta» y que ahonda en el «progresivo debilitamiento» de ETA, advirtió que la banda «conserva su capacidad operativa». En este sentido, Alonso aseguró que aunque la banda «no tiene futuro alguno político ni social», esta todavía en posición de cometer atentados.