El primer juicio por la masacre duró apenas media hora al conformarse el acusado con la pena
Seis años de internamiento para el primer condenado por el 11-M
El Gitanillo admite que transportó la goma dos desde Asturias al escondite de Chinchón
El juez central de Menores de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrubia, condenó ayer a seis años de internamiento en régimen cerrado y a cinco años más de libertad vigilada a G. M. V, El Gitanillo , un adolescente asturiano de 16 años que ayudó al comando islamista del 11-M a obtener la goma dos con la que voló los trenes de cercanías y asesinó a 191 personas. El primer juicio por los atentados del 11-M duró escasamente media hora porque el acusado admitió desde un principio su culpabilidad y aceptó la pena -la ley la define como «medida reeducadora»- que para él solicitó la fiscal por un delito de tenencia y transporte de explosivos con fines terroristas. El magistrado dictó sentencia en la misma sala y declaró firme la resolución tras anunciar tanto la fiscal como el abogado defensor de G. M. V. que no presentarán recurso. La fiscal Blanca Rodríguez, en los primeros minutos del juicio, anunció que, en atención a los informes de los equipos de menores, rebajaba su petición de internamiento para G. M. V. de ocho años -el máximo que prevé la ley Penal del Menor- a seis. El motivo es que tanto la jefa del equipo técnico como la directora del centro en el que está ingresado el menor desde su detención en junio, recomendaron que la duración de la pena no obligase a El Gitanillo a entrar en una cárcel de adultos, situación que se produce si el interno alcanza los 23 años en un centro de menores. El adolescente tiene ahora casi 17 años, por lo que una pena de ocho años le hubiese llevado a cumplir los últimos dos en la cárcel. Las técnicos de menores consideraron conveniente que G. M. V. cumpla su pena en un centro de internamiento cerrado, además de por la gravedad del delito, porque eso le permitirá estar lejos de su familia y de su entorno social, que hasta ahora le han resultado muy negativos. Correo y colaborador El «sí» de El Gitanillo confirmó el relato de la fiscal, según el cual el adolescente conoció desde principios de enero pasado que Suárez Trashorras robaba explosivos de la mina Conchita para entregárselos a unos magrebíes y que en los primeros días de febrero, por encargo del ex minero, que le pagó 1.000 euros por ello, él mismo viajó a Madrid en autobús con 20 kilos de goma dos que entregó al jefe operativo del comando, El Chino . G. M. V. también participó de forma activa, por encargo de Suárez, en el robo masivo de explosivos en Mina Conchita, ocurrido el 28 de febrero, cuando el ex minero, que ya había hecho un trato con varios empleados de la explotación, se llevó varios centenares de cartuchos con la ayuda de los propios terroristas, que se desplazaron a Avilés para la operación. La última intervención relevante de El Gitanillo en esta trama fue el 4 de marzo, sólo una semana antes de los atentados, cuando se desplazó a Madrid para recoger el Toyota Corolla que Suárez prestó a los miembros del comando el 28 de febrero, para que trasladasen en automóvil los explosivos hasta su escondite de Chinchón.