| Entrevista | Paulino Aparicio |
«Tenemos casi de todo, menos gente»
«Antaño quedábamos hasta tres meses aislados sin poder salir, pero éramos muchos y más jóvenes»
Paulino Aparicio preside por unanimidady sin oposición política la junta vecinal de Campo, municipio de Cármenes, aunque él mismo reconoce, no sin ironía, que tiene poco mérito: en el pueblo sólo quedan él, su mujer y un hijo, que se obstina en dedidarse a la ganadería, y todos se llevan bien. En la guía de teléfonos figuran dos paisanos más, pero sólo descuelgan en verano. Paulino, el de Campo, va a tomar el vino a Cármenes un poco antes del mediodía y ahí mata más o menos la mañana. -¿Qué se puede hacer en invierno cuando sólo queda la familia en unos cuantos kilótros a la redonda? -Lo que se ha hecho siempre. Sacar y meter el ganado y cuidarlo. -¿Y cuando se bloquea la carretera por la nieve? -Lo mismo, aunque ahora pasa menos. Nieva menos que antes y también hiela menos, aunque no sabría decir por qué. Ahora hasta llueve en diciembre y enero en vez de caer nieve, pero antes nos pasábamos hasta tres meses sin que pudiera llegar un coche por la carretera y había que hacer senderos a paladas hasta para salir de casa. - ¿Cómo se las apañaban? - Hace veinte años eramos lógicamente más jóvenes y, como mínimo, había también el triple de gente. ¿Qué hacíamos? En Campos no había televisión ni teléfono, aunque sí luz y radio. Cuando nos aburríamos se iba a la casa de alguno que tuviera radio. -¿Qué se hacía cuando había una emergencia sanitaria, por ejemplo un parto o una apendicitis? -Nunca se murió nadie por eso, aunque, pasado el tiempo, pienso que no dejó de ser un milagro. Recuerdo que una vez, en Piornedo, se murio una vecina ya mayor, y bajamos unos cuantos a buscar al cura. Tardamos cinco o seis horas pisando nieve hasta encontrarlo y la enterramos a los dos días. Pero vuelvo a decir que éramos muchos más que ahora y más jóvenes. ¿Cuántos? Por lo menos el triple de vecinos hace veinte años y, además, éramos más jóvenes. -¿Ni siquiera un accidente? -Hombre, la vida era entonces más dura y recuerdo también que una vez tuvimos que sacar a una parturienta en una escalera andando por la nieve porque entonces no llegaban los coches ni nada que se le pareciera, pero vuelvo a decir que todo fue bien. Los coches tardaban hasta tres meses en poder subir, y no como ahora. En aquella época había, como mínimo, el triple de gente en los pueblos, mientras que ahora en muchos ya no hay nadie. Imagino que eso no va a haber quien lo pare, porque las cosas están así. -¿Echa de menos aquellos tiempos? -Eran distintos. Pero no porque los inviernos fueran más duros, sino todo lo contrario. Nieva menos que antes y también hiela menos, vuelvo a repetirlo. El problema está en que cada vez queda menos gente y en invierno casi nadie.