Diario de León

Mantiene ante la comisión la implicación de ETA y no pone en entredicho la validez del triunfo de Zapatero

Aznar sostiene que la matanza fue una estrategia para dar el vuelco electoral

El ex presidente acusa a la oposición y a los medios de «fabricar la mentira» Crónicas:

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Enrique Clemente | Gonzalo Bareño - redacción | madrid
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José María Aznar exigió ayer durante una maratoniana sesión de 11 horas en la comisión del 11-M que se investigue «toda la verdad» sobre los atentados del 11-M y expresó su convencimiento de que los autores intelectuales de la matanza «no andan en desiertos muy remotos ni en montañas muy lejanas». En una estudiada comparecencia, el ex presidente negó cualquier error y eludió toda responsabilidad política por la supuesta imprevisión policial. Consideró «incontestable» la existencia de conexiones entre ETA y «terroristas islámicos», dijo que hay «datos oscuros» en la investigación y que «no se conoce la autoría intelectual». Por el contrario, todos los partidos excepto el PP, le culparon de imprevisión política frente al terrorismo islamista y de no haber dicho la verdad entre el atentado y las elecciones. Aznar afirmó que no tenía una «tesis» sobre si ETA participó en los atentados pero pidió que se investigue esa posibilidad. Y reclamó que se aclare cuándo y por qué se preparó el 11-M, cuándo, por qué y quién decidió irrumpir en las elecciones. Aznar afirmó que su Gobierno dijo siempre la verdad en base la información que le suministraban los servicios policiales y que transmitió «sólo lo que recibía de ellos». Por el contrario, declaró que los que mintieron «hasta dar asco» fueron un medio de comunicación con «una delirante obsesión contra el PP» (en referencia a la cadena SER) y «por servicio a la causa» y varios grupos políticos, entre ellos el PSOE. «Grupos y personas que se aprovecharon de los sucedido, mintieron, intoxicaron, manipularon y faltaron a la verdad», manifestó. Las mentiras que citó fueron: la existencia de terroristas suicidas, que la furgoneta de Alcalá apareció la mañana derl 11-M, que el vídeo reivindicativo lo tenían en la mañana del sábado, que el ministro del Interior fue a La Zarzuela para que se suspendieran las elecciones y que el Gobierno quería anular las autonomías del País Vasco y Cataluña. En su opinión, la matanza fue planificada estratégicamente con minuciosidad y no sólo tuvo como objetivo causar el mayor número posible de víctimas, sino también «volcar los resultados electorales» del 14-M. Expresó su convicción de que si las elecciones hubieran sido convocadas el 7 de marzo, los atentados se habrían producido el día 4. Las manifestaciones ante las sedes del PP el 13-M, que calificó de «gravísimas», no fueron «espontáneas», sino convocadas y organizadas. En cualquier caso, añadió que si alguien advirtió de la amenaza de los terroristas islámicos fue él mismo. Aunque precisó que la información que se le había suministrado decía que el riesgo de que hubiera un ataque en suelo español era «bajo». Es más, culpó a los socialistas y especialmente al dirigente de IU Gaspar Llamazares de quitar importancia a la detención de una célula islamista a la que llamaron «comando Dixán». Aznar puso en duda que el Gobierno actual esté investigando los atentados o «quiera investigar» y criticó su «opacidad y silencio», olvidando las exigencias perentoriasde información que hizo el PSOE a su Ejecutivo a partir del 11-M. Y aseguró que Zapatero no le pidió en ninguna de las dos conversaciones que tuvieron el 11-M que convocara el Pacto Antiterrorista. El ex jeje del Ejecutivo remitió cualquier responsabilidad sobre una posible descoordinación policial o fallos en la investigación a «personas concretas», que deben ser investigadas. Mentiras Frente a la contundencia de Aznar, el socialista Álvaro Cuesta y los portavoces de IU y ERC le acusaron de haber mentido entre el 11 y el 14 de marzo. Y, con menos vehemencia, también lo insinuó el portavoz de CiU, Jordi Jané, que destacó que Aznar llamó primero a los directores de periódicos para decirles que era ETA pero no para asegurarles luego que la principal línea era la islamista. El ex presidente respondió que tenía informaciones que apuntaban a ETA y que el mundo cercano a la banda estaba agitado el 11-M y recibió instrucciones de que se lo imputaran a otros grupos. Respecto al envío de telegramas a las embajadas pidiendo que se dijera que había sido ETA, desvió la responsabilidad a la ministra de Exteriores.

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