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Uno para todos...

Si la asignación de emisiones individuales se considerase como cupo para el conjunto del sector, las centrales que sobrevivan podrán beneficiarse de la parte que liberen aquellas que cierren

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M. J. Muñiz - león
León

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Empresarios, sindicatos, mineros,... Todos buscan apresuradamente una solución que ayude a compatibilizar la obligación de cumplir con los compromisos de Kioto sin que ello suponga un castigo tal para las empresas eléctricas que contratan carbón nacional que acabe repercutiendo en la producción de mineral y, con ella, en el depauperado empleo de las cuencas mineras. Con el pequeño alivio de la ampliación del plazo para presentar alegaciones, y el pulmón que puede suponer negociar directamente con el Gobierno en la Mesa de Seguimiento del Plan del Carbón, las propuestas se centran ahora en facilitar fórmulas que permitan mantener la cuota de emisiones contaminantes asignada, pero sin sentenciar el futuro del sector. El reparto hecho por los ministerios de Industria y Medio Ambiente contempla a asignación de una cuota concreta para cada grupo térmico en los próximos tres años. Desde las empresas se considera que, si la cuota de emisiones se considerase en su conjunto para el sector, se dipondría de un pequeño alivio en este plazo de tiempo que permitiría una adaptación menos traumática. El razonamiento es simple: una buena parte de los grupos térmicos de las eléctricas tienen ya próximo el fin de su vida útil, y está previsto su cierre en el plazo de aplicación de este primer cupo de emisiones. Si la asignación se considera empresa por empresa, el cupo de aquellas que cierren pasará a manos del Estado, pero se perderá para el sector eléctrico. En cambio, si la asignación se contempla para el conjunto de las empresas afectadas en este apartado, el cupo que liberen los grupos térmicos que cierren podrá ser recuperado por aquellos que se mantengan en funcionamiento, lo que dará un margen de actuación más amplio para el conjunto del sector. Si los grupos térmicos pueden disponer de una cuota mayor de emisiones, podrán seguir optando por utilizar carbón, y la repercusión de la medida en las empresas mineras no será tan brutal. Más contaminantes La propuesta tendría sentido incluso más allá del plazo del 2008, puesto que supondría poder captar las cuotas asignadas de las térmicas que actualmente queman lignitos, un tipo de combustible altamente contaminante y que deberá ser eliminado por los próximos programas de reducción de otras sustancias. El plan de emisiones actual se refiere a la emisión a la atmósfera de CO2, pero en el 2008 se incrementará el número de contaminantes prohibidos a estas empresas.