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El PP exige que dimita por sus «calumnias» y dice que ya no lo considera interlocutor válido

Moratinos insiste en que Aznar legitimó el golpe contra Chávez

El ministro pide disculpas en el Congreso por la forma en que hizo sus acusaciones

El ministro Moratinos, acompañado por Duran i Lleida, abandona la sala de la comisión

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Enrique Clemente - redacción | madrid
León

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El golpe de Estado contra Hugo Chávez en abril del 2002 capitalizó ayer la política española. Miguel Ángel Moratinos matizó en la comisión de Exteriores del Congreso que no quiso decir que Aznar instigó el golpe en Venezuela, sino que no lo condenó y trató de legitimarlo. Asimismo, pidió disculpas por las formas que empleó al hacer sus acusaciones. El PP no aceptó las excusas y consideró que no era ya un interlocutor válido para su partido. Por la tarde, en la sesión de control, Rajoy exigió su dimisión y Zapatero calificó de «ejemplo» el reconocimiento de su error, en comparación con Aznar (al que no citó por su nombre), que no asumió ninguno en la comisión del 11-M. Moratinos puntualizó las de-claraciones que realizó hace diez días en el programa de televisión 59 segundos, en las que acusó a José María Aznar de dar instrucciones a su embajador en Caracas para que apoyara el golpe de Estado contra Chávez. El ministro de Asuntos Exteriores especificó que no quiso decir que el Gobierno anterior instigara o participase en la preparación y ejecución del golpe, sino que no lo condenó, lo avaló y le dio legitimidad internacional. Eso es, manifestó, lo que él entiende por apoyar el golpe. Por ello, acusó al Ejecutivo de Aznar de cometer «cuando menos, un grave error de apreciación política y de gestión de la crisis, en contra de la práctica y los usos diplomáticos». Moratinos recordó que el Gobierno del PP sólo condenó la asonada cuando había fracasado y Chávez ya estaba libre. El titular de Exteriores esgrimió diversos documentos para jus-tificar su acusación, resaltó que Aznar atendió la llamada del jefe de los golpistas, el empresario Pedro Carmona, mientras Chávez estaba detenido y recalcó que el ex presidente dio instrucciones al embajador español en Caracas para que se entrevistase con el autodeno-minado presidente provisional de Venezuela. En cualquier caso, aunque Moratinos afirmó que se ratificaba en su denuncia, pidió excusas por haber estado «desafortunado en las formas». «Asumo mi error y me disculpo», concluyó, aunque a continuación añadió que sus palabras habían sido «aprovechadas» para crear una polémica «sobredimensionada». El Partido Popular no aceptó las disculpas del ministro, reiteró su exigencia de que dimita, le consideró inhabilitado para continuar en el cargo e incapacitado para ser un interlocutor válido. Así lo dijo su portavoz de Exteriores, Gustavo de Arístegui, quien calificó de «impe-cable» la actuación del Gobierno en el golpe del 2002. «Reconózcalo, es muy sencillo: me calenté, me equivoqué, se me fue la pinza, como dicen los jóvenes», aseguró Arístegui. Según el PP, la actitud del entonces embajador en Caracas fue pedir respeto a la integridad de Hugo Chávez, que se permitiera su exilio y que cesara el acoso a la embajada cubana. Además, relató que la «famosa llamada» de Carmona a Aznar la hizo «un miembro destacado de un partido político venezolano que, sin dar ocasión a decir que no, le pasó el teléfono a Carmona». Añadió que la conversación entre ambos «duró segundos» y que «hay testigos que pueden subrayarlo». Todos los grupos, menos el popular, se dieron por satisfechos con las explicaciones de Moratinos. «No se puede interpretar de mis palabras que el anterior Gobierno instigase o participase en la preparación y ejecución del golpe de Estado. Por apoyar quiero decir no condenar el golpe, endosarlo y ofrecer legitimidad internacional»» MIGUEL ÁNGEL MORATINOS Ministro de Asuntos Exteriores «Reconózcalo, es muy sencillo: me calenté, me equivoqué, se me fue la pinza, como dicen los jóvenes» GUSTAVO DE ARÍSTEGUI Portavoz de Exteriores del PP «Es imprudente, actúa a impulsos, tiene calentones dialécticos a menudo, veta a los medios de comunicación que no le gustan y sólo se preocupa de cambiar la política exterior» MARIANO RAJOY Presidente del PP