La bronca aumenta en el Congreso
Acebes acusa al Gobierno de vulnerar la democracia, Zaplana a Zapatero de «cobardía» y Fernández de la Vega al PP de «confundir, atizar y crispar»
La sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados volvió a terminar en una gran bronca entre el PP y el Gobierno, como ya sucedió la semana anterior. La excusa volvió a ser la acusación de Moratinos a Aznar de que apoyó el golpe de Estado contra Chávez en abril del 2002. Rajoy abrió las hostilidades al cargar contra el ministro de Exteriores, al que dedicó todo tipo de descalificaciones, desde «imprudente» a dejarse llevar por frecuentes «calentones dialécticos». Pero tiró por elevación y acusó a Zapatero de no actuar como un presidente del Gobierno. El líder socialista alabó el «ejemplo» dado por su ministro, que teniendo razón había pedido disculpas. Y lo comparó con quienes sin tenerla siempre quieren prevalecer. La referencia a Aznar no podía ser más evidente. Cobarde El portavoz popular, Eduardo Zaplana, así lo entendió y como es habitual en él no rehuyó la bronca. Tanto es así que llamó cobarde e inconsistente a Zapatero por citar a Aznar y la semana anterior la gresca protagonizada por sus partidarios en Elche, con el objetivo de eludir los debates con Rajoy. Al oír sus palabras, el presidente negaba con la cabeza mientras esbozaba una sonrisa. «Como dije la semana pasada, tiene usted muy mal gusto», le contestó María Teresa Fernández de la Vega. Zaplana replicó que eso se lo había dicho a Acebes y se ofreció a informarla de cuáles eran sus gustos personales. Acto seguido se refirió al «esperpento» de la tramitación «ilegal» de la Ley Orgánica del Poder Judicial. La vicepresidenta contrarreplicó que su Ejecutivo se dedica a gobernar «con eso que tanto les molesta, el talante democrático y las buenas formas, no creemos, como ustedes, en el cuanto peor mejor». Luego se dedicó a hacer un alegato contra el portavoz popular, al que descalificó por no saber qué es la lealtad institucional y le dijo que tanto dentro como fuera del PP se habla de la necesidad de «deszaplanizar», término que, dijo, «hace furor en Valencia». Le tocaba el turno a Acebes, pero el micrófono no funcionó. Miradas acusatorias a la Presidencia del Congreso y gritos de «¡el tiempo, el tiempo!». Marín pidió tranquilidad, porque «el audio no es lo mejor de esta casa», puso el reloj a cero y dio la palabra a «Jesús Acebes», llamándole por su segundo nombre. Ángel Acebes aseguró en tono firme que su grupo no iba a permitir los ataques a Zaplana. Fernández de la Vega insistió en que el PP se dedica a «confundir, atizar y crispar». El «número dos» de los populares respondió que al Gobierno «no le basta con insultar y calum-niar» a su partido, sino que ha llenado España de conflictos y está ofreciendo una «sobredosis de mal talante». Incluso dijo que había vulnerado la democracia y la legalidad al querer imponer «sus jueces». «Ni usted ni su amigo Aznar son Blancanieves, sino Pinocho», le espetó Fernández de la Vega. «Deben mirarse en el espejo de la realidad y van a ver cómo se sorprenden y se asustan cuando se vean como les vemos todos los demás», concluyó molesta.