La policía espera que El Egipcio aclare quién está detrás del 11-M

Los expertos de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía (Ucie) que investigan el 11-M no tendrán la oportunidad de interrogar al presunto cerebro del 11-M, Rabei Osman El Sayed, Mohamed el egipcio , tal y como era su intención. Pero desde hace dos semanas preparan con el juez instructor del caso, Juan del Olmo, las preguntas a formular al cabecilla terrorista. La base de los interrogatorios, que el juez ordenará en los próximos días, serán tres conversaciones telefónicas interceptadas por los servicios secretos italianos en mayo y junio pasados, en las que El Egipcio habla sobre los atentados de Madrid y otras acciones terroristas con su amigos y discípulos Yahia Mouad Mohamed Rajah y Kjalifa Mahmoud Aly Abdel. Son numerosas las cuestiones que el supuesto terrorista internacional podría aclarar sobre la preparación de la masacre y sobre los vínculos del 11-M con otros atentados. No obstante, los expertos de Información consideran «prioritaria» la información que Rabei Osman debe conocer sobre la participación directa de Al Qaida en la masacre de los trenes. Las incógnitas que, si colabora, podría despejar son varias, según los expertos de la Ucie: ¿Quién o quiénes, por encima de él, le ordenaron la masacre que El Egipcio se encargó de planificar? Los investigadores tienen la convicción de que Rabei Osman llegó a Madrid en enero del 2001 con las instrucciones de algún «superior» (quizás de Al Qaida) de valorar si era posible atentar en España y de reclutar posibles «mártires». Una grabación realizada el 26 de mayo en Milán avala la tesis de que El Egipcio era sólo un «enviado». En esa conversación con Mouad, la misma en la que el terrorista reconoce que le costó dos años y medio la preparación del 11-M, confiesa a su interlocutor que conocía a cinco de los «amigos mártires» que se suicidaron en la casa de Leganés. Es más, que él mismo quiso inmolarse con ellos en un ritual «inolvidable», «pero me han parado». La policía española cree que los únicos que podían «parar» al terrorista para que no se suicidaran eran activistas con mayor rango que él en Al Qaida. ¿El 11-M contó con ayuda exterior de alguna organización financiada por Al Qaida? En otra de las intervenciones telefónicas realizadas en Italia se apunta esta posibilidad. Se trata de una conversación mantenida el pasado 29 de mayo a las 18:37 horas, en la que El Egipcio enmarca los atentados de Madrid en una campaña más amplia de ataques en Occidente de una organización que denomina «Frente Mundial de la Lucha contra los Judíos y los Cruzados» (un grupo que Osama Ben Laden nombró en un comunicado de 1998) y que tendría como próximos objetivos «abrir Roma» (atentar contra El Vaticano, según los expertos) y «recuperar Constantinopla» (establecer un régimen integrista en Turquía). En esta línea, los agentes españoles reconocen saber «muy poco» sobre los contactos internacionales que Rabei Osman tejió antes del 11-M en Alemania e Italia, desde donde llegó a Madrid, y en Francia y Bélgica, a donde se fue a vivir después de marcharse de España el 27 de febrero de 2003. La policía gala ha recuperado el rastro de El Egipcio en París, muy vinculado a células del Grupo Islamista Combatiente Marroquí (GICM), la organización que perpetró los atentados de Casablanca en mayo del 2003 y a la que presuntamente pertenecían los autores del 11-M. ¿El Egipcio planeó los atentados el 11 de marzo para tratar de cambiar el resultado de las elecciones? Esta es una de las cuestiones más peliagudas. Hasta el momento, los servicios de Información creen que la masacre de Madrid se comenzó a preparar, al menos intelectualmente, en el 2001, antes de que España se involucrara en la guerra de Irak y muchísimo antes de que se convocaran las elecciones generales. Sin embargo, en otra conversación grabada por la policía italiana el 5 de junio, dos días antes de su detención, Rabei Osman se jactaba ante Kjalifa Mahmoud Aly Abdel de haber logrado su objetivo: «eliminar a Aznar». En aquella intervención, el terrorista se felicitaba por el resultado de las elecciones. «Estoy inmensamente feliz de que el Gobierno del perro Aznar haya caído. Si en Italia pasara algo parecido, la culpa sería de Berlusconi, porque quien sigue a aquel perro (Bush) se hace daño a sí mismo», aseguraba Osman.