Aislado de otros presos islamistas, aunque puede recibir visitas

Instituciones Penitenciarias ordenó la madrugada de este miércoles el inmediato aislamiento de Rabei Osman El Sayed, Mohamed el egipcio , en la prisión madrileña de Soto del Real (Madrid-V). Según explicaron fuentes de prisiones, apenas el terrorista fue reconocido por los servicios médicos de la cárcel, y sin pasar por el habitual «módulo de ingresos», fue trasladado a una célula individual del «módulo de régimen especial», donde se encuentran la mayoría de internos preventivos (a la espera de juicio) acusados de terrorismo y de otros delitos graves. Rabei Osman, no obstante, no tendrá contacto alguno con sus compañeros de módulo ni con el resto de los más de 1.700 internos de Madrid-V. Su aislamiento le confinará durante 22 de las 24 horas del día en su celda, donde también comerá (menú musulmán, sin cerdo) y rezará (nada más llegar a España pidió que le dijeran hacia donde quedaba La Meca). El activista de Al Qaida tampoco podrá participar en actividades comunes, tales como talleres ocupacionales, actividades deportivas o cursos educativos. Dos horas de patio vigilado Sólo disfrutará de dos horas de paseo en el patio, sin compañía alguna y bajo la estricta vigilancia de los funcionarios de instituciones penitenciarias, que garantizarán que no se autolesione y, sobre todo, que no mantenga contacto alguno con el resto de internos, y muy en particular con los presos integristas encarcelados en Soto. En este centro están presos 15 de los 107 de los presuntos terroristas islámicos encarcelados en 33 establecimientos penitenciarios de toda España. Prisiones quiere evitar a toda costa cualquier relación entre El Egipcio y estos reclusos de Madrid-V, ya que se trata de «internos muy peligrosos», todos ellos miembros de la célula terrorista que iba a volar la Audiencia Nacional y detenidos por orden del juez Baltasar Garzón el pasado octubre en el marco de las operaciones Nova I y II. Rabei Osman sí podrá recibir visitas del exterior, ya que el juez ordenó su prisión «comunicada». Así, el presunto terrorista internacional recibirá siempre que quiera a su abogado (por ahora, de oficio) y tendrá derecho a entrevistarse con familiares y amigos siempre que la dirección del centro penitenciario lo autorice. No obstante, todas las comunicaciones orales o escritas del sospechoso serán intervenidas.