Zapatero culpa al Gobierno de Aznar de un engaño masivo

José Luis Rodríguez Zapatero aseguró ayer que la preparación, autoría y responsabilidad de los atentados del 11-M fue exclusivamente del terrorismo internacional de tipo islamista radical. Así de contundente se mostró el presidente del Gobierno ante la comisión que investiga la matanza, a la que acudió pertrechado de informes. «Los autores no estaban en montañas ni en desiertos, estaban en Lavapiés», afirmó. Para Zapatero, a partir de la tarde del 11-M, cuando se descartó que el explosivo empleado fuera titadine, el habitual de ETA, y se encontró la furgoneta, todo lo que dijo el Gobierno fue «un engaño masivo». Ahora, el PP quiere introducir la «confusión masiva» para salvar la cara politicamente. «Es químicamente imposible», dijo, que se unan ETA y los islamistas. Aunque, según dijo, nuestro país está mejor protegido en la actualidad, «el riesgo de amenaza permanece alto». Según el jefe del Ejecutivo, la guerra de Irak aumentó un grado la amenaza, como se evidenció en el atentado de Casablanca en el 2003, pero la matanza también se hubiera podido producir si el Gobierno español no la hubiera apoyado. Zapatero ofreció un gran pacto para combatir el terrorismo internacional, que sirva de «catalizador y modelo a la comunidad internacional». Recomendó al PP que haga autocrítica de los errores que cometió entre el 11-M y el 14-M, para que supere el «trauma de la derrota electoral». «A la ciudadanía de este país no la teledirige nadie», dijo, en referencia a las acusaciones de Zaplana de que los terroristas buscaban un «vuelco electoral». Nada que ver con las sedes El presidente dijo que el PSOE no tuvo nada que ver con las manifestaciones ante las sedes del PP el 13-M y que los ciudadanos salieron a la calle para mostrar su «indignación». «No convocamos, no planeamos, no participamos ni incitamos ni apoyamos las concentraciones», afirmó. Y recordó que hubo 13 militantes socialistas denunciados y todos los casos se han archivado menos tres, que aún están pendientes. Zaplana le acusó de «burlarse» de la comisión, de «jugar irresponsablemente a trasladar la idea de que el Gobierno ocultaba información» y de comportarse de forma antidemocrática el 13-M, al no condenar las manifestaciones contra el Partido Popular.