El coronel que contrató el Yak admite que Defensa «tragó» con viejos aviones

El coronel de Infantería del Ejército que contrató el Yak-42 que se estrelló en Turquía admitió ayer ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios que Defensa, tras pedir presupuestos a compañías españolas, se conformó con los viejos aparatos que ofrecía la Otan para evitar complicaciones mayores. Joaquín Yanes González, el jefe de la Sección Logística Operativa del Estado Mayor, dijo que antes del accidente mayo del 2003 en el que murieron 62 militares españoles ignoraba las reticencias de los países europeos a contratar los Yakolev por sus constantes fallos técnicos. Yanes González, que compareció en la Audiencia Nacional como testigo, declaró durante más de dos horas a petición del fiscal del caso, Fernando Burgos. El coronel admitió que cuando se planteó el envío de tropas a Kabul tras la caída del régimen talibán, Defensa tenía a su disposición todo el abanico de aparatos «del mercado» con aviones de «más calidad y autonomía» que el Yak. Sin embargo -señaló- desde un principio el Ejército se encontró con problemas para encontrar consorcios que quisieran volar a Afganistán. Durante ese proceso de búsqueda, la oficina de Logística tanteó a varias compañías españolas. Desde el principio, la mayoría de los operadores nacionales no se mostró interesada en los viajes y los que respondieron a la petición del Ejercito, según el testigo, pidieron «condiciones económicas» imposibles de cumplir.