El Banco de España cierra en León tras años de un nivel de actividad mínimo

La sucursal del Banco de España en León cerrará sus puertas definitivamente el próximo 31 de enero, algo más de 118 años después de que fuera abierta. Se clausura así una actividad que en los últimos años se ha visto reducida a niveles mínimos, según reconoció ayer el director de la oficina, Bonifacio Gento, quien recordó los motivos de la reorganización del banco central del país junto con Carlos Díaz Güell, director de comunicación de la entidad. Según explicaron, desde la incorporación del Banco de España al Sistema Europeo de Bancos Centrales, y más tarde al Banco Central Europeo, la actividad de la entidad central española se redujo notablemente. A mayores, la introducción de innovaciones informáticas y electrónicas ha contribuido a que en el plazo de cinco años la actividad del banco se haya reducido en un 40%. Una situación que llevó a la comisión ejecutiva de la entidad a decidir, en la reunión celebrada el 3 de julio del 2002, cerrar treinta de sus 52 sucursales. Los criterios aplicados para decidir cuáles se cerraban fueron exclusivamente económicos y de actividad, según reiteraron los responsables del Banco de España, que sin querer entrar en valoraciones políticas reconocieron que la decisión fue firme desde un primer momento y las algaradas políticas en favor del mantenimiento de la sede en León, así como las visitas de autoridades provinciales y autonómicas a la sede del banco en Madrid, meramente de cara a la galería, porque la entidad central no permitió alentar en ningún momento esperanzas sobre la posibilidad de mantener esta sucursal. El Banco de España ha cerrado en los últimos tres años treinta sucursales, a un ritmo de diez por ejercicio. La última decena, entre la que se encuentra la sede de León, cerrará a finales de este mes. En total, estas treinta oficinas gestionaban un 18% del total de actividad del banco; y las diez que ahora cesan su actividad sólo ejecutan un 8% del movimiento (que consiste sobre todo el movimiento de billetes y monedas, así como en la disposición de cuentas corrientes mediante cheques y transferencias). Díaz Güell explicó que paralelamente al cierre de las sucursales se ha procedido a una modernización de las 22 restantes; y añadió que «ya desde mucho antes de la entrada en vigor del euro se observaba una fuerte disminución de las operaciones directas con el ciudadano, lo que hizo que la red de sucursales se fuera volcando en la prestación de los servicios al sistema bancario y las administraciones públicas». En cualquier caso, tanto entidades financieras como administraciones han informatizado sus sistemas, y utilizan sistemas o agencias de seguridad que utilizan fundamentalmente los servicios de ciudades cabecera de la comunidad, en el caso de León la de Valladolid o la de Oviedo.